La Guerra Fría

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El silencio también comunica, traza una idea, dice mucho y hasta mantiene viva una guerra. La prueba más visible fue la Guerra Fría que protagonizaron Estados Unidos y la Unión Soviética entre 1.945 y 1989 con diferentes crisis en el medio que estuvieron a punto de encender la mecha de una tercera Guerra Mundial.

Del ejemplo burdo y obvio bajemos pues a una situación menos visible y en donde en todo caso lo que denominamos guerra no superará el estado de “interna”, que nada tendrá para sorprender porque durante mucho tiempo han formado parte de la vida política rionegrina.

El encuentro de Juntos Somos Río Negro en Cipolletti concentró la atención del mundillo de la política y la expectativa -aún más allá de la reunión de ayer- está en: el rumbo que tendrá el partido gobernante de cara a las elecciones parlamentarias nacionales de este año, la marcha del Gobierno provincial de Arabela Carreras el análisis pormenorizado realizado ayer y de eso dependerá también ya no la evolución sino la construcción de un vínculo entre la mandataria y el presidente del partido, Alberto Weretilneck, porque en más de un año de gestión no hubo una relación. Un ejemplo: cada dos o tres semanas Weretilneck llega a Viedma y concurre a las reuniones de Gabinete de su amigo el intendente Pedro Pesatti. Con Carreras no lo hace, porque no se quiere meter, no quiere generar malos entendidos y por aquello de “mi aporte es desde el silencio”, que ha pregonado a quien quisiera escucharlo.

En conjunto JSRN rechazó la realización de las PASO, convocó a asamblea para el 10 de abril al órgano partidario que se compone de 76 miembros y prorrogó los mandatos partidarios que vencen el 31 de mayo. Weretilneck seguirá siendo el presidente de la fuerza oficialista y Pesatti, el vice.

La Gobernadora no es autoridad partidaria, pero concurrió naturalmente invitada y fue escoltada por el legislador y su principal leal, Daniel Sanguinetti y el ministro de Gobierno, Rodrigo Buteler, quienes tampoco tienen cargos dentro del partido.

Pero lo de ayer fue una intención de barajar y dar de nuevo. Hacer una construcción en pos del partido ha sido la premisa aunque en las bases todo está un poco más revuelto.

En el peronismo rionegrino las disidencias siguen porque son históricas pero los últimos movimientos generaron mejor predisposición y además los intendentes ya empiezan a ver mayor accesibilidad a distintos requerimientos y necesidades. Para el peronismo la contención de los compañeros es un concepto muy valorado.

La actual conducción se basa en la máxima de que para un peronista no hay nada mejor que otro peronista y es por eso que los nuevos apoderados del partido son llanos, pares, atienden, escuchan y si es posible, resuelven. No es poca cosa teniendo en cuenta la dureza y distancia que hubo anteriormente.

La situación de los incendios en la región también generó posicionamientos dentro de la política. Si bien en esta oportunidad no ocurrieron en territorio rionegrino sí fueron dentro de la Comarca Andina, que está muy próxima a El Bolsón, una zona que se sabe siempre muy sensible.

Y cuando todos lamentaban la situación de los incendios el que se diferenció y volvió con el discurso anti pueblos originarios fue el senador Alberto Weretilneck, que junto a algunos medios de Capital Federal volvieron a azuzar la teoría de la RAM, de los mapuches anarquistas y esa ideología que tiende a culpar a los pueblos originarios y victimizar a los grandes tenedores de vastas extensiones de tierra en la Patagonia.

El paso del presidente Alberto Fernández ayer por Chubut tampoco fue muy feliz. El primer mandatario fue recibido con una muestra de los ánimos que abundan en la provincia sureña. Su paso en la camioneta fue impedido por un grupo de manifestantes que entre insultos y pedradas lograron romper un vidrio, lo que hizo recular al Presidente, que dejó la visita y se volvió a Bariloche, desde donde regresó a Buenos Aires.

 

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