Elecciones lado B

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Una provincia movilizada y expectante por la vacuna que se viene para los adolescentes desde el próximo martes; una gran preocupación por la sequía que genera incertidumbre sobre qué sucederá después del invierno, con escasez de lluvias y nieve; un pedido de Edersa para aumentar el precio de la tarifa eléctrica que la Provincia no está dispuesta –a priori- a avalar; hechos de inseguridad que se suceden con insólita frecuencia y en el medio de todo eso una campaña electoral que cobra vigor. Así estamos hoy en Río Negro.

El proselitismo todavía no ganó efervescencia dialéctica en la Provincia y a diferencia de otros distritos como el bonaerense o del contexto nacional, se mantiene cuidadosa y expectante aunque las estrategias de uno y otro sector se van haciendo cada vez más visibles.

Los discursos de candidatas y candidatos comienzan a tomar definiciones. Desde el Frente de Todos, con Ana Marks como postulante principal, se muestran fortalecidos por la sincera unidad con que encaran estos comicios los diferentes sectores, fundamentalmente peronistas, algo que a lo largo de la historia electoral no ha sido una constante en las filas de ese partido rionegrino.

Está claro que quien vota a los candidatos del peronismo lo hace más allá de los nombres. Marks no es la más conocida y quizá esa sea también una buena opción en la búsqueda de indecisos que suelen no volcarse por candidatos “quemados”, con reiteradas postulaciones.

Así como en distritos como la Capital Federal o la Provincia de Buenos Aires se apela a “outsiders” de la política y así empiezan a candidatearse famosos artistas, cantantes, actores y actrices y deportistas, en Río Negro parece ser que –al menos en los partidos mayoritarios- la tendencia es ir con candidatos y candidatas con escaso historial en la política.

Lo mismo ocurre en Juntos Somos Río Negro, que lleva a Agustín Domingo como primer candidato. Al igual que con Marks en ciertos aspectos, es poco conocido; tiene trayectoria y militancia, pero con perfil bajo, tanto que es bastante menos conocido que la segunda candidata, la médica Mercedes Ibero, a quien los rionegrinos conocen desde hace un año y medio en forma masiva por sus diarios partes oficiales sobre el Covid.

Domingo manejó nada menos que los destinos de la economía rionegrina durante buena parte de la gestión de Alberto Weretilneck. Es un albertista de la primera hora y confrontó con la gobernadora Arabela Carreras al punto de que ésta lo expulsó del gabinete apenas un mes y medio después de haber asumido la gestión en diciembre de 2019.

La misión de Domingo es cuestionar al Gobierno nacional como parte de una estrategia bastante más larga que tiene Juntos Somos Río Negro. Al ser un partido provincial se maneja con independencia propia al momento de decidir votos en el Congreso. En términos resumidos se puede decir que el barilochense cuestiona al gobierno nacional para después convertirse en un aliado, tal como ha ocurrido con el oficialismo rionegrino desde la llegada de Weretilneck y Luis Di Giacomo al Senado y a Diputados, respectivamente.

Juntos Somos Río Negro sale a disputarle así el voto a Juntos por el Cambio. Si se proyecta quien podría ser más abierto a los acuerdos con el gobierno nacional en el futuro, la respuesta se cae de madura y eso es lo que agita el propio Weretilneck con los operadores de Alberto Fernández.

Es decir, los partidos provinciales tienen una herramienta extra para ofrecer al momento de establecer acuerdos cuando eventualmente el gobierno nacional los busque. Todo eso dando por descontado que redunda en beneficios para la Provincia, claro está.

Juntos por el Cambio, con tres candidatos en su interna, sufre los avatares de la gran interna que tiene esa alianza a nivel nacional, con un radicalismo que quiere un mayor protagonismo y con el PRO que se desgasta en contener sus imposiciones.

 

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