Una síntesis de lo que se reflejó en las redes sociales y en los comentarios ‘callejeros’ la hizo ayer el gobernador Alberto Weretilneck, cuando fue consultado sobre este tema: “Nosotros descansamos a la noche para estar al otro día con la energía suficiente para solucionar problemas, mientras nuestros opositores se pelean en los bares".
Quizás no sea tan así como lo expresó el mandatario, porque varios de sus funcionarios pululan por la noche viedmense incluso los hábiles de la semana, pero es verdad que lo sucedido le servirá para que los ‘noctámbulos’ de su gabinete se manejen con mayores precauciones.
"No deberíamos hablar de la oposición pero los hechos hablan por sí solos. El pueblo siempre vota para estar mejor. Sus caras y trayectorias son el pasado y ya han demostrado lo que han hecho. Esto es el futuro y miramos para adelante”, aprovechó a decir Weretilneck ante una consulta del diario Río Negro.
Lo cierto es que los viedmenses ya estaban acostumbrados desde hace muchos años a ver a sus gobernantes dando muestras de sus buenas vidas en los restaurantes de la capital provincial.
Sin embargo, últimamente parece que cambiaron sus hábitos y su vida social se extiende hasta altas horas de la madrugada, en las que no falta el alcohol y otros ‘condimentos’ de la noche.
Y estas actitudes no son exclusividad de ningún partido político. Hasta hace no mucho tiempo se veía a los radicales (claro, los funcionarios eran todos de ese partido). Ahora aparecieron los del Frente para la Victoria y en el futuro será el turno de quienes ganen las elecciones que vendrán.
No debiera ser anormal ni extraño que un representante del pueblo, alguien que fue votado para conducir los destinos de una provincia o un municipio –y sus colaboradores- , tengan momentos de esparcimiento y distracción. Sin embargo, todos los excesos son malos. Y verlos en horas de la madrugada, en las confiterías o pubs, bebiendo descontroladamente, es claramente una conducta errónea. No hablamos de sus vidas personales (pueden hacer con ellas lo que quieran), sino de su representatividad.
Ojalá el mensaje que dio la gente tras este hecho sirva para que muchos de nuestros ‘elegidos’ modifiquen sus costumbres, al menos, mientras tengan un cargo público.

22 octubre 2019
Interés General