Previamente, todos habían abrazado el lugar que los cobijó –aunque en los últimos años les trajo varios dolores de cabeza, por sus deficientes constructivas- durante décadas.
“Tengo acá muchos recuerdos, de todo tipo”, dijo Elsa, quien mencionó que más allá de trabajar en el lugar, allí concurrieron sus hijos y ahora sus nietos.
Luego de muchos saludos, exactamente a las 10:05, la experimentada ‘portera’ tocó por última vez la campana. Lo hizo durante varios segundos, a la par de muchos aplausos.
Tras ello, todos emprendieron una caminata hacia el nuevo edificio –en el barrio Lindo y El Bañado- , dejando atrás la antigua estructura…y muchos recuerdos.
Un detalle: esa ‘gastada’ campana estará en un lugar privilegiado de la nueva estructura escolar, para no olvidar el pasado.

26 junio 2025
Patagones