Esta mañana un taxi impactó a un Renault 11 en la intersección de las calles Irigoyen y Fagnano. El vehículo de alquiler iba por la derecha y tenía el paso, pero su andar no era lento, de acuerdo a lo que se pudo observar en la parte chocada del otro rodado. Afortunadamente ambos conductores salieron ilesos.
Estos accidentes se producen prácticamente a diario, no sólo en esquinas de la principal arteria de acceso a la ciudad, sino en otros muchos sitios conflictivos debido a la falta de señalización (sendas peatonales), semáforos, badenes o lomos de burro.
Obviamente debe hacerse hincapié también en la irresponsabilidad de los conductores, ya que la mayoría no respeta las reglas de tránsito más básicas, como los límites de velocidad y la prohibición de realizar ciertas maniobras.
Todo podría encaminarse hacia una ordenada circulación vial si el departamento de Tránsito de la municipalidad contara con los elementos y el recurso humano necesario.
Esa área cuenta con apenas siete inspectores, dos de los cuales se encuentran con ‘carpeta médica’. Para realizar su tarea poseen varios vehículos (camionetas y motos), pero actualmente sólo dos están en condiciones de prestar servicio. Esos inspectores trabajan ocho horas diarias y realizan guardias los fines de semana.
Más allá del número de agentes destinado a este trabajo, la sensación en la gente es que la disposición de los mismos es absolutamente deficiente. “No se los ve en ningún lado”, expresan los vecinos.
Sin dudas que para la elaboración de los próximos presupuestos el municipio deberá tener en cuenta, si quiere mejorar el tránsito, la contratación de más personal (o el traspaso de empleados municipales de otras áreas), la compra de más vehículos y la realización de una campaña que recuerde a los conductores las reglas básicas.
Obviamente, y de manera paralela, deberían aplicarse las sanciones previstas a quienes cometan infracciones, que es una de las formas más antipáticas pero más eficientes de corregir muchas situaciones.

26 junio 2025
Patagones