Cabe destacar que desde el año 1981 permanece abierta a la comunidad como Casa de la Cultura y en año 2003 el gobierno nacional la declaró Monumento Histórico Nacional.

El sector afectado comprende el salón mayor y una pequeña sala anexa, cuyos fondos conforman el muro ciego sobre calle Comodoro Rivadavia, y que presenta graves problemas de filtración de agua de lluvia.

Los trabajos previstos incluyen el levantamiento total de las tejas y su posterior colocación sobre una estructura de madera suplementaria, apoyada sobre la tirantería y entablonado existentes, con el objetivo de generar una superficie inclinada plana en su totalidad y con una pendiente algo más pronunciada, para garantizar el correcto escurrimiento del agua. Desde el interior de los locales no se advertirá ninguna diferencia y desde el patio el tejado conservará  el aspecto de techumbre de tejas coloniales.

Además, entre los años 2003 y 2006, personal municipal perteneciente al área de Patrimonio Histórico realizó la restauración de este señorial rancho colonial. Incluso se fabricaron artesanalmente tejas para reponer las piezas rotas o faltantes, del techo a dos aguas de tejas musleras aplicadas con barro, de las habitaciones y el zaguán del frente, que se reconstruyó respetando las técnicas y materiales originales.

En el caso de los locales que se encuentran actualmente en reparación, el tejado original lamentablemente fue modificado en las últimas décadas del siglo XX, cuando se eliminó la capa de barro y se colocaron tejas  francesas clavadas.

Durante las obras del año 2006 se reemplazaron por tejas coloniales y se restauraron las cabreadas y estructura de madera, manteniendo el perfil  existente. La pendiente escasa y ondulada original que se preservó, no impidió que aparecieran filtraciones de agua, por lo que finalmente se decidió encarar las tareas que actualmente se están desarrollando.

Esta casona fue construida hace aproximadamente doscientos años sobre la piedra natural de la barranca, en la esquina de la que fuera la calle Real, hoy Mitre, y una de las primeras callejuelas que subía desde el embarcadero sobre el río, al fuerte en lo alto de la meseta. 

En el año 1974 ya muy deteriorada, fue adquirida por un grupo de vecinos para salvarla de la destrucción y donarla a la Municipalidad.