Se trata de Guillermo Massaro, uno de los 16 contratados a quienes el municipio les advirtió que a fin de este mes se les terminará el contrato laboral.
El trabajador relató que luego de concurrir anoche a un comercio, al regresar a su vivienda se cruzó enfrente suyo en Peugeot color blanco (no supo identificar el modelo) con vidrios polarizados. Del rodado descendió un robusto y moreno hombre, quien le expresó: “Dejate de joder con el reclamo porque van a tener problemas vos y tu familia”.
Massaro se desempeña como trabajador contratado del área de mantenimiento del hospital Pedro Ecay desde hace un año y ocho meses. Tiene un salario de aproximadamente $ 3.500.
Mencionó que hasta el viernes pasado no se había adherido a las medidas de fuerza debido a su precaria estabilidad laboral, aunque se mostró de acuerdo con los reclamos de sus compañeros. Sin embargo, se acopló a las protestas desde esa jornada, cuando le llegó un telegrama que le advertía que su contrato finalizará el 30 de este mes.
Entre lágrimas, Massaro (de 50 años de edad) contó en FM DE LA COSTA que vive en el barrio 150 Viviendas junto a su esposa y una hija de 13 años, ambas discapacitadas, y que es el único sustento económico de la familia.
Describió también que se desempeñó durante casi 20 años en la Dirección de Catastro de la provincia de Río Negro, de donde fue cesanteado ya que –según afirmó- no le creyeron que haya estado casi tres meses sin concurrir al trabajo por los problemas de salud de su hija menor. La niña –que tiene problemas de motricidad- fue víctima de una trombosis cerebral a los cinco meses de edad, por lo que tuvo que ser intervenida y tratada en el hospital Penna de Bahía Blanca hace 13 años. Tras varios entredichos con las autoridades de Catastro, Massaro se quedó sin empleo.
Para sobrevivir a partir de allí debió salir, con un carrito, a “cirujear” para mantener a su familia, lo que hizo durante alrededor de cuatro años, hasta que fue contratado en el hospital.

26 junio 2025
Patagones