Cabrera: “Estamos ante un delito que combina violencia sexual, digital y económica”

Desde Codemu acompañan a mujeres afectadas por la difusión de imágenes íntimas en un canal de Telegram

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La integrante de la Colectiva de Mujeres (Codemu), Micaela Cabrera, explicó los alcances del caso que conmocionó a la Comarca Viedma-Patagones, tras descubrirse un canal de Telegram en el que se difundían y vendían imágenes íntimas de más de 200 mujeres bajo el nombre “Putitas Viedma Patagones”.

Según Cabrera, el caso tiene una carátula judicial de pornografía infantil, debido a que entre las imágenes se identificó contenido de personas menores de edad. “El término correcto es imágenes de abuso sexual infantil. Así lo establece la ley, y por eso la justicia actuó tan rápidamente”, explicó. Agregó que, además de ese delito, “hay muchas otras categorías de violencia que se entrecruzan y que también deben ser denunciadas”.

La referente feminista detalló que el grupo trabaja junto a un equipo de abogadas feministas para acompañar a las víctimas y brindar asesoramiento legal. “Es muy importante que las mujeres que sospechan que sus imágenes pueden estar circulando en estos grupos hagan la denuncia. Hay toda una red de acompañamiento disponible”, señaló.

Cabrera relató que la colectiva tomó conocimiento del caso el 19 de octubre, cuando una joven fue advertida por su hermano —usuario de la plataforma— de que su nombre figuraba en la lista. “Eso nos permitió acceder al listado y empezar a identificar a las mujeres involucradas. Eran más de 200, y el número seguía creciendo porque iban agregando nombres y pidiendo nuevas imágenes”, precisó.

La militante explicó que, a partir del trabajo conjunto entre víctimas y abogadas, se logró identificar al menos a uno de los administradores del canal. “Una de las chicas compró su propio contenido para poder rastrear al vendedor. Le pasaron un CBU y así se identificó a un hombre que fue allanado: tenía cinco computadoras, dos celulares, un pendrive y un CD. Él se presentó como paseador de perros, pero claramente estaba muy involucrado en la operación”, contó.

El material difundido incluía fotografías obtenidas por distintas vías: “Algunas imágenes estaban alteradas por inteligencia artificial, otras eran fotos reales, incluso de menores. Muchas provenían de perfiles personales o del círculo de ‘mejores amigos’ de redes sociales. También se usaban fotos de rostros para asociarlas falsamente con contenido pornográfico”, indicó Cabrera.

Sobre las consecuencias de esta exposición, la referente advirtió que “estas prácticas refuerzan la cosificación y generan situaciones de acoso físico. Hay mujeres que fueron agredidas en la calle por hombres que las identificaron a partir de esas publicaciones”.

Finalmente, Cabrera destacó la necesidad de avanzar en el debate legislativo de la llamada Ley Belén, que busca tipificar la difusión no consentida de material íntimo. “Estamos ante un delito nuevo que combina violencia sexual, digital y económica. Necesitamos que la justicia y el Estado estén a la altura para proteger a las mujeres y sancionar a quienes lucran con nuestra vulnerabilidad”, concluyó.

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