Viedma se enfrenta a un autoritarismo feroz

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Aclaremos de entrada que el acelerado autoritarismo gubernamental tiene su contrapartida no sólo en esta parte de la provincia, sino también al interior de de la misma.

Son muchas las denuncias que se han levantado con contra del progresivo recorte de los derechos a expresarse libremente en el trabajo y las libertades individuales dentro de las propias fronteras del Valle a consecuencia de este proceso, tema éste que ya ha suscitado numerosas protestas por parte de los propios damnificados como de distintas organizaciones defensoras de las libertades y los derechos humanos.

Es que el autoritarismo en las relaciones interpersonales por parte de ciertos ministros, secretarios, subsecretarios y directores de este gobierno difícilmente podría haberse asentado en un clima signado por la expansión de los derechos ciudadanos y el proceso democrático.

Inevitablemente, una política confrontativa hacia afuera tiene como subproducto el deterioro de la libertad, el derecho y la democracia puertas adentro, como ya lo observara, hace más de siglo y medio, Alexis de Tocqueville en su influyente libro La Democracia en América.

Si bien el proceso de autoritarismo tiene su origen en los primeros días de la asunción, su aceleración ya ha despertado la profunda preocupación del Gobernador quien pidió que le informaran de las denuncias hechas en el área de Derechos Humanos del Municipio de Viedma.

Es de suponer que el exponencial crecimiento de la influencia del complicado partido justicialista conducía al ejercicio de esa forma de poder, poniendo en serio riesgo las libertades individuales y los procesos democráticos de la comunidad viedmense especialmente. Parece ser que la preocupación por controlar autoritariamente a Viedma es un rasgo decisivo de la política del gobierno hacia esta parte de la provincia. Esto es evidente ante el despliegue de actitudes tales como menosprecio, maltrato, faltas de respeto, agresión verbal (por ahora), gritos, acoso sexual,

Por supuesto, esto no es algo que haya ocurrido de la noche a la mañana: se trata de un proceso y no de un acontecimiento que ocurre sin aviso previo. En todo caso, si hubiera que fijar un momento emblemático en donde esta tendencia adquiere un ritmo vertiginoso, la venida y asentamiento en Viedma de los Ministros y Secretarios sería sin duda alguna la fecha más indicada.

Luego de esto el estallido de la guerra silenciosa interna entre algunos integrantes del Ejecutivo vendría a acentuar aún más esta orientación, así como la significativa marginación de los allegados al Gobernador, quienes no tienen el más mínimo conocimiento de cómo tratar autoritariamente a las personas.

Todo esto ha sido acompañado por un fenomenal aumento del sueldo, para lo cual se apeló a pretextos tan remanidos como la necesidad de no necesitar incurrir en arbitrariedades, de no “robar”, y otras cuestiones por el estilo.

Finalmente, habría que agregar que el desorbitado autoritarismo gubernamental actual ni siquiera fue puesto en juego en el último gobierno democrático a cargo del Justicialismo en la década del 70 del siglo pasado.

Para resumir: expansión desorbitada del gasto en los sueldos más altos, y maltrato exagerado: ¿hace falta alguna evidencia más para concluir que el gobierno se ha lanzado con todas sus fuerzas a recuperar el terreno perdido y a “corregir” el curso de los acontecimientos viedmenses para adecuarlo a sus intereses?

Y no hay duda alguna de cuáles son los objetivos estratégicos de tamaña reacción: en lo inmediato tumbar al gobierno municipal y, de ese modo, lograr el estrangulamiento económico y financiero de Viedma. Para después captarla y hacerse cargo totalmente de ella. Pero el objetivo estratégico supremo, más allá de lo inmediato y circunstancial, es posicionar al gobierno en una situación tal que le permita controlar el acceso a las riquezas concentradas en el corazón de Viedma y todo el Valle Inferior.

Se verifica también la tendencia observada en otros gobiernos autoritarios: en su fase declinante se acrecienta su agresividad, su peligrosidad. Su prolongada agonía está signada por violentas convulsiones. Pese a que el creciente papel de los medios de comunicación y el financiamiento privado de la actividad política favorecen de manera sistemática los intereses y las preferencias de este gobierno, los procesos de descomposición del orden institucional comienza a avanzar.

Son claros indicios de que nuestra región deberá estar muy alerta para evitar que su gobierno municipal sucumba ante el feroz ataque de los valletanos.

Viedma se enfrenta a un autoritarismo feroz que no descansará en sus esfuerzos por tratar de destruirnos, crearnos obstáculos, por tratar de impedir el progreso y el desarrollo de nuestra querida Viedma. Nos odian con el odio de los amos contra los esclavos que se rebelan.

Victoria Maturana

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