Un hombre de Viedma logró obtener justicia luego de haber sido estafado al comprar un Chevrolet Meriva a una pareja, quienes aseguraron que el vehículo se encontraba en buenas condiciones. A pesar de las afirmaciones de los vendedores, el comprador descubrió, a los pocos días, que el motor del auto estaba completamente roto, lo que generó una demanda judicial para resarcir los daños sufridos.
El hecho ocurrió cuando el vecino adquirió el auto por un millón de pesos, pagados en efectivo. En el acuerdo de compraventa, los vendedores indicaron que el vehículo tenía algunas piezas faltantes, como la correa, la bomba de dirección hidráulica y la batería. A pesar de ello, el comprador decidió llevarse el auto en remolque, firmó el boleto de compraventa y se le entregó la cédula verde, con la promesa de que el título de propiedad le sería entregado en el transcurso de la semana.
Sin embargo, una vez que el comprador reemplazó las piezas faltantes, descubrió que el motor no arrancaba. Ante esta situación, se puso en contacto con los vendedores para expresar su reclamo, pero la respuesta fue negativa. La pareja no tenía el dinero total disponible para devolverle el monto completo y sugirió que el hombre aceptara una devolución parcial y el resto en cuotas. A pesar de la aceptación inicial, los vendedores terminaron bloqueándolo en las redes sociales y no respondieron a sus intentos de contacto.
El afectado, en su intento por resolver el conflicto, se presentó en los domicilios y lugares de trabajo de los vendedores, pero estos se ocultaron y no dieron ninguna respuesta. Finalmente, el hombre logró contactar a uno de los vendedores a través de Facebook Messenger, donde nuevamente ofreció una solución, que fue rechazada sin ninguna contrapropuesta.
Al verse sin alternativas, el comprador decidió reparar el vehículo por su cuenta y reclamar judicialmente por los gastos ocasionados. Con el respaldo de pruebas, como capturas de pantalla de las publicaciones en redes sociales, fotos del vehículo y registros de los intercambios de mensajes en WhatsApp, presentó una demanda ante el Juzgado de Paz de Viedma, solicitando que los vendedores se hicieran responsables de los costos de reparación del motor y la entrega del título de propiedad, que nunca le fue entregado.
En el fallo, el juez determinó que los vendedores incumplieron con el acuerdo al no entregar el vehículo en las condiciones pactadas. Además, quedó demostrado que el comprador debió incurrir en gastos adicionales por las reparaciones necesarias para poner en funcionamiento el auto. Como consecuencia, el magistrado condenó a los vendedores a abonar casi un millón y medio de pesos en concepto de daños patrimoniales e intereses.
Finalmente, el juez ordenó la entrega inmediata del título de propiedad y la documentación necesaria para realizar la transferencia del dominio del vehículo, a favor del comprador, quien recibió una resolución favorable tras un largo proceso.

5 diciembre 2025
Judiciales