La Arabela que viene

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El contexto sanitario le interpone a la política frondosos espinales en el andar, también desafíos históricos. De este último,  el propio paso del tiempo y acaso el relato se encarguen de poner las cosas en su lugar, pero los desafíos están aquí y ahora, y sobre ellos las conducciones políticas no solo deben dar cuenta sino que también tienen que echar mano.

Con un sistema de salud al borde del colapso y con una población descontenta con las medidas de restricción, ninguna administración está pensando cabalmente en las elecciones próximas, de hecho el pacto entre oficialismo y oposición nacional así lo confirma y es por eso que habrá elecciones primarias, PASO, el 12 de septiembre, un mes después de lo que marcaba el calendario electoral original.

Si bien en cada una de las fuerzas hay dos o tres nombres que animan el convite electoral, pocos se anime a decir que son candidatos o precandidatos. La lucha contra el coronavirus está en el top de las prioridades. Mientras tanto hay acciones que sí se observan, no con un sentido meramente electoralista, sino más bien de gestión. Y en el ABC de la política quien gestiona es quien lleva la delantera.

Así, el nombre de la gobernadora Arabela Carreras comienza a cobrar otro sentido en el trayecto competitivo largo hacia las generales de 2023. La mandataria experimenta por estos días un cambio de actitud en su manera de gobernar. ¿Positivo? En principio para ella, luego se verá si para el conjunto de su partido lo es. Aquí cobra real valor aquella expresión del diputado Luis Di Giácomo expresada el año pasado:  "si la preferencia electoral se vuelca hacia la Gobernadora, ella no tendrá más remedio que ir por la reelección". Recordemos que lo dijo después de que Carreras admitiera que no iría por la reelección, saturada por la pujas interna que significó el reacomodamiento de Juntos Somos Río Negro frente al cambio de quien lleva la batuta del Gobierno.

Nadie lo dice, ella menos, pero está claro que Carreras ya no piensa que no irá por la reelección. Hay coincidencia de que poco queda del doble comando en el gobierno y que es ella la que impone su impronta en este sentido.

La visita a General Roca esta semana que pasó, para anunciar la construcción de viviendas en conjunto con el gobierno nacional fue breve, pero bastó para que la mandataria se mostrara sin traumas con la intendenta local, María Emilia Soria, una de las exponentes principales de la oposición. El encuentro fue ameno y más distendido que los últimos mantenidos. Soria ya sin esa mochila que significó haber peleado contra Juntos Somos Río Negro, o contra Alberto Weretilneck. A Carreras le pasó algo similar: no dudó en potenciar el encuentro y tampoco existieron llamados para que evite la foto. Y no porque haya mejorado ninguna relación, sino porque es evidente que la Gobernadora ya no es la misma que la de hace un año.

Por supuesto que tendrá que revalidar lo que construyó también hacia dentro del partido, que hoy le es un territorio ajeno y donde lo que dice Weretilneck es casi un mandato. El momento de dirimir la candidatura para la diputación nacional será interesante para medir fuerzas.

Además, si se tenía la intención de ganar tiempo, las PASO se postergaron un mes, de modo que las discusiones internas se extenderán un poco más. Inicialmente la fecha de las elecciones primarias iba a ser el 8 de agosto, pero finalmente se harán el 12 de septiembre. Así lo acordó el gobierno nacional con la oposición. De este modo, las elecciones generales serán el 14 de noviembre en vez del 24 de octubre como se había planeado.

Por otro lado, la renuncia de dos vocales del Superior Tribunal de Justicia abren la temporada de negociaciones y tironeos. El próximo 31 de junio deberá elegirse a los reemplazantes de Adriana Zaratiegui y Enrique Mansilla, quienes se acogieron al beneficio jubilatorio.

Sobre el reemplazo de Zaratiegui comenzó una campaña provincial que impulsa la idea de que debe ser otra mujer quien ingrese, para sostener el equilibrio de género. En los últimos días la gobernadora Carreras fue consultada al respecto y contestó a los periodistas que debe pesar la capacidad e idoneidad por sobre el género. Esa respuesta no se condice en realidad con las posturas que ha tenido el gobierno de marcar la administración con políticas basadas en la perspectiva de género.

Acaso tuvo más que ver con que en realidad la postura de un núcleo duro de Juntos Somos Río Negro no observa como importante el cupo de género sino otros aspectos. Carreras no forma parte de ese núcleo duro, pero tampoco es momento de marcar diferencias y provocar discrepancias públicas. Al parecer, la gobernadora prefiere ser cautelosa, pero a la vez tendría una candidata para suceder a Zaratiegui que sería de Bariloche.

 

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