¿Desde lejos no se ve?

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Muchas veces la magnitud de los problemas nos permite verlos transitar desde lejos hacia nosotros. Algunas veces incluso podemos calcular el impacto que nos generará y otras no logramos determinarlo.

En Río Negro cuestiones como la problemática de tierra y vivienda y el salarial de los trabajadores de la salud eran tan conflictivos desde sus orígenes que no se podían ignorar ni mucho menos verlos venir. Pero en Río Negro ocurre que no todo el gabinete está tan alerta como debería y los reflejos reaccionan tardíamente, entonces la gobernadora Arabela Carreras va tratando de echar soluciones de última hora.

Los trabajadores de la salud vienen desde hace un par de meses con un pedido claro: aumento salarial que esté por encima del porcentaje otorgado al resto de los empleados públicos, como una manera de hacer tangible el reconocimiento a la esencial labor que cumplen todos los días y, muchos de ellos, sin descanso.

El jueves renunciaron los jefes de áreas del hospital Zatti de Viedma, lo que arrinconó al Gobierno y donde Carreras tuvo que convocar a una representación de los trabajadores de la salud. Eso sí, no lo hizo en Viedma sino en Bariloche, para que no se notara una derrota del Gobierno y para que, en todo caso, la victoria de los reclamantes fuese pírrica.

En la reunión Carreras convocó a un encuentro formal para el próximo 18 a trabajadores del colectivo de salud, que por su parte han conformado un frente que ha perdurado más de lo que el Gobierno preveía, pues en otras oportunidades han caído en internas divisorias que licuaron las protestas. Los hospitalarios  van a participar en Cipolletti (otra vez no en Viedma) de un encuentro de la Comisión de Salud del órgano que escribe el Convenio Colectivo de Trabajo de los trabajadores públicos. Allí el Gobierno ofrecerá a los trabajadores del sector una bonificación especial por la pandemia, es una cifra todavía no determinada, pero que en principio llevarían a los hospitalarios rionegrinos a aceptar reunirse, cesar con las renuncias en jefaturas de áreas y evitar así un problema mayúsculo en los hospitales públicos.

Esta convocatoria significa también un reconocimiento político sindical para los trabajadores de la salud, que hasta hace un par de semanas eran autoconvocados y luego pasaron a ser un sindicato que si bien todavía no fue reconocido en Río Negro en los papeles sí lo es desde la acción. Y toda acción genera una reacción: ATE salió el viernes a cuestionar duramente a la gobernadora Carreras, a decir que significaba una masacre abrirse al turismo y acusó directamente a Carreras de no haber tenido una buena gestión sobre la pandemia. La crítica de ATE es en realidad un enojo por el acercamiento  a los hospitalarios, que reniegan tanto de ATE como de UPCN.

En el contexto local se dará un recambio en el Concejo Deliberante, donde tras el doloroso e inesperado fallecimiento del concejal de Juntos Somos Río Negro, Walter Dalinger, se eligió al actual subsecretario municipal, Marco Magnanelli, quien en los últimos meses no las ha tenido todas consigo dado que la organización de donde proviene, la Cámara de Comercio que se entiende le responde, fue explícitamente crítica con la gestión municipal de Pedro Pesatti. Será una salida más que elegante de Magnanelli de un Ejecutivo que no terminó de cerrarle y viceversa.

Ahora resta dilucidar quién ocupará la presidencia del bloque. Para eso se anota Pedro Bichara, incondicional de Pesatti y que oportunamente había resignado ese lugar para cederle la titularidad a Dalinger, reconocido por su personalidad conciliadora en todos los ámbitos.

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