Estas palabras constituyen lisa y llanamente una crítica a las políticas que desde la Dirección de Acción Social se implementaron en los últimos años para contener a aquellas decenas de familias, cuyos integrantes hoy son los principales actores de escenas de violencia, donde reinan las armas de fuego, las drogas y el alcoholismo.

“Es un tema que me preocupa, no sólo como funcionario legislativo, sino que el común de la gente nos transmite permanentemente la necesidad de implementar políticas públicas para revertir el problema”, dijo el concejal.

Agregó que “fue un tema que se instaló lentamente porque no hemos detectado en tiempo y forma que la problemática social se ha ido incrementando en una necesidad principal: el acceso a la educación”.

También lamentó que estas situaciones (enfrentamientos) se trasladan a sitios muy poblados, como lo es el río en esta época del año.

Reiteró que “no se percibió la manera en la que fue avanzando esta problemática. Seguramente las políticas sociales no han alcanzado lo suficiente. Ahora ya no es un tema circunstancial o menor, sino que repercute en el contexto general”.

“Sé que el intendente está buscando la forma de coordinar políticas sociales, educativas, deportivas y culturales, para ver si hay posibilidades concretas de revertir el proceso”, manifestó Bigardt.

Admitió, no obstante, que “no es tan fácil abordar la cuestión una vez que se hace grave, pero creo que el compromiso está”.

“La familia”

Por su parte, el concejal Daniel Recalde (del Frente para la Victoria y proveniente de la Juventud Peronista) dijo que el problema “nace en una cuestión cultural de las familias”.

“Tampoco le vamos a echar la culpa al Estado de lo que está pasando; podrá ayudar, pero la raíz de todo está en las familias”, sostuvo.