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Cristian tiene 41 años y se desempeña en un depósito de gaseosas. Allí concurre diariamente, muy temprano, y almuerza en el lugar gracias a la comida que provee la empresa. En varias oportunidades las viandas provienen de una rotisería perteneciente a un supermercado local.
Uno de esos días en el almuerzo tocó cerdo. Tras ello Cristian comenzó a sentir malestares estomacales y náuseas, primero, y dolores musculares en todo el cuerpo, luego.
En primera instancia los médicos le recetaron calmantes musculares, pensando –quizás- que esos dolores eran producto de los movimientos que realiza habitualmente en su trabajo, pero la situación no mejoró y debió recurrir a la guardia del hospital local, donde lo derivaron a un periférico. Fue allí que observaron los análisis y lo interrogaron acerca de las comidas que había consumido últimamente y los síntomas de las molestias. Automáticamente quedó internado.
“Los dolores ya no son tan fuertes, pero me siento muy débil. Me afectó muy especialmente la parte de los gemelos. Me dijeron que tengo, por lo menos, un mes de reposo”, contó.
Más allá de su salud, Villarino se mostró preocupado porque aún “el municipio no denunció este caso ante el SENASA. No hay que dejar pasar esto porque si le hubiera pasado a una mujer o un chico estaría muerto”.
“Me molesta mucho que los funcionarios que tienen que controlar, no lo hacen. ¿Dónde matan los cerdos en Patagones? ¿Qué están tapando?”, se preguntó Villarino.
26 junio 2025
Patagones