Mendioroz, lejos de arrepentirse, confirmó sus manifestaciones y agregó que “los informes también allí detallados dan precisa y específica cuenta de una actividad irregular y perversa por parte de la AIC, como único responsable de la preservación, uso racional y armónico y control del recurso-, y del notable incumplimiento por parte de ésta, de los deberes y obligaciones públicas que le fueran por ley encomendados”.

Remarcó que “esas obligaciones de la Autoridad se encuentran notoriamente incumplidas en virtud de las numerosas evidencias ostensibles, como el exiguo caudal de agua erogado por las represas y la consecuente eutrofización del río negro;  la contaminación industrial dada entre otros orígenes por la calidad de los efluentes de la planta de tratamientos de efluentes de Neuquén y la evidencia del cartel “prohibido bañarse-aguas contaminadas” del balneario de Cipolletti”.

También mencionó el informe científico “evaluación de la contaminación de la Patagonia argentina”  elaborado por el laboratorio de ecotoxicología y contaminación ambiental de la Universidad Nacional de Mar del Plata; los informes existentes del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras – CONICET- y del Laboratorio de Microcontaminantes Orgánicos y Ecotoxicología Acuática de la Universidad Federal de Río Grande – Brasil; la contaminación petrolera testimoniada  por cada vez más remeros del río Negro y Neuquén y el destino y uso indebido de fondos de la entidad para la construcción de la costanera de Viedma.

Mendioroz advirtió que se reserva la posibilidad de accionar contra los funcionarios de la AIC por “los eventuales incumplimientos de los deberes de funcionario público y/o cualquier otro delito penal o ilícito civil emergentes de vuestro ilegal proceder”.

Finalmente los intimó para que en un breve plazo se le suministre toda la información referida a la intervención del organismo en el funcionamiento en la actividad hidrocarburífera desarrollada en el proyecto denominado “Vaca Muerta”.