La crianza de niños y niñas se fue modificando con el
avance de la modernidad, los cambios de paradigma y el nuevo rol de la mujer en
la sociedad y en el mercado del trabajo.
Nuevas corrientes fomentan la necesidad de “maternar
en tribu”, de acompañar la maternidad también desde lo emocional y subjetivo.
Comienza a surgir así una nueva figura: la de la puericultora, que da
información, brinda herramientas frente al deseo de amamantar o no y las
dificultades físicas y sociales que pueden aparecer, contemplando el grupo
familiar y el entorno en el que se encuentren la mamá y el bebé.
El ejercicio de la puericultura tiene como objetivo
maximizar los cuidados del niño o de la niña desde el nacimiento hasta los
primeros años de vida, brindando asistencia en cada una de esas etapas,
principalmente, en lo relacionado a la lactancia materna y el cuidado de los
bebés.
“Diversas Ongs vieron la necesidad de regularizar que
las madres cuenten con un profesional que las acompañe en el proceso de la
lactancia y cuyo servicio hoy es exclusivo para quienes pueden costearlo,
convirtiéndose en accesible sólo para un sector de la comunidad, dejando al
margen y desprotegidos a quienes tienen menos recursos económicos y sociales”,
expresó María Eugenia Martini, del bloque del Frente de Todos, quien junto a
Alejandro Marinao canalizó la inquietud del colectivo de puericultoras de Río
Negro en la necesidad de regular por ley el ejercicio de esta profesión.
“La puericultura es una actividad auxiliar de la salud
que acompaña y asesora a la familia de las personas recién nacidas, desde la
gestación hasta los primeros años de vida; brindando información en cada una de
las etapas, en particular en los aspectos relacionados a la lactancia materna,
cuidado y crianza de las infancias”, explicó Marinao.
Quien la ejerce, puede hacerlo de forma individual o
integrando equipos interdisciplinarios en el ámbito público o privado, por
requerimiento de especialistas en otras disciplinas o de personas que
voluntariamente soliciten su asistencia. Todo, bajo la autoridad del Ministerio
de Salud.
Es necesario, por eso, crear en ese ámbito el Registro
Único Provincial de Profesionales de la Puericultura. Se inscribirán los y las
Puericultores, para poder desempeñarse en hospitales, sanatorios, jardines
maternales, empresas que cuentan con un servicio de guardería y otras
organizaciones o particulares que lo demanden. También lo harán los y las
Asesoras en Lactancia que trabajan interdisciplinariamente para acompañar e
informar a las madres desde su embarazo hasta el destete del niño o la niña,
pero que no pueden atender casos clínicos.
El proyecto dispone que la obra social Ipross pueda
contratar los servicios de quienes estén inscriptos e invitar a otras obras
sociales a hacerlo.
De esta manera, los puericultores ejercerán en
establecimientos médicos en los sectores de neonatología, consultorios
externos, pediátricos, centros de atención primaria y lactarios
institucionales, en jardines maternales y todo espacio que requiera de sus
servicios para el favorecimiento de la lactancia materna. También pueden
ofrecer herramientas de apoyo, llevar a cabo acciones educativas y
asistenciales, colaborar y fomentar la implementación, desarrollo y evaluación
de políticas públicas de protección a la persona gestante, parto respetado, y
el vínculo temprano y la alimentación natural y participar de equipos de
estudio e investigación.
El Ministerio será quien matricule a los profesionales
y controle el cumplimiento de los derechos y obligaciones que emanan del
ejercicio de la puericultura, además de ostentar el poder disciplinario sobre
quienes incumplan la norma.
Para el ejercicio profesional de la puericultura se
debe poseer certificado otorgado por los Institutos de Formación en
Puericultura o certificación de haber desarrollado la actividad por un mínimo
de mil quinientas horas en establecimientos de salud públicos o privados.
25 abril 2024
Río Negro