“Por la competitividad y el efecto del dólar, Bariloche es poco atractiva para invertir”

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A sus 51 años, Mariano Giménez se ha convertido en uno de los empresarios barilochenses más pujantes de la ciudad. Nieto de inmigrantes españoles que eligieron Pilcaniyeu para consolidar su proyecto de vida allá por 1918, se define como “barilochense de tercera generación”. Aunque dueño y presidente de Casa Palm, una firma consolidada en la ciudad, sus inquietudes lo llevan a colaborar en la Cámara de Comercio de Bariloche y a tener una participación activa constante.

Económicas Bariloche:  ¿Cuál es el motivo de esta baja en el sector de la construcción?

Mariano Giménez:  No hay obras nuevas y en las medianas o pequeñas reformas, notamos que la gente está expectante de lo que puede pasar en un futuro inmediato. Por otra parte, en cuanto a las expectativas del sector, tampoco son muy favorables no solo por la situación que atraviesa el país sino porque la falta de competitividad por efecto del dólar en nuestra zona, en relación con otras regiones, nos torna poco atractivos para nuevas inversiones. Y realmente, es preocupante ya que el sector de la construcción mueve un engranaje muy grande en la comunidad y hay un sector importante de gente que interviene en esta actividad.

EB: ¿Por qué quienes residimos en Bariloche sentimos que esta ciudad siempre está al límite?

MG: Bariloche tiene problemas estructurales que datan de muchos años atrás. Nuestra economía funciona siempre en situaciones favorables con lo que cualquier factor negativo la desequilibra, llámese tipo de cambio, hantavirus, gripe A, cenizas volcánicas. Vivimos al día y no nos podemos ni resfriar porque se desnudan estas falencias estructurales.

EB: ¿La principal debilidad de Bariloche?

MG: La debilidad es que vivimos prácticamente sólo del turismo y tenemos un nivel de pobreza y un tan bajo nivel de ocupación que superan la media nacional. A la vez, nuestra fortaleza es que vivimos en un lugar privilegiado. Que, a pesar de tener una ciudad descuidada con muy poca evolución en el tiempo, su nombre marketinero, conocido en todo el mundo, suple todas estas deficiencias.

EB: El primer aniversario de la erupción del Cordón Caulle Puyehue: ¿cómo encuentra a la región?

MG: Indudablemente estamos para arrancar. Superada la ceniza, la rueda comienza a girar pero hoy, el factor que no nos ayuda es el tipo de cambio. Destinos del exterior resultan hoy más atractivos que Bariloche que termina siendo caro para el turista. Estamos muy lejos del millón de visitantes que nos permitiría generar un beneficio y modificar el estándar actual. Hoy tenemos 600 mil turistas y la población creció exponencialmente. No alcanza.

EB: Para no depender exclusivamente del turismo: ¿por qué no se logra avanzar en el polo industrial y tecnológico?

MG: Tenemos todas las condiciones necesarias para lograr un gran espacio productivo, un polo de atracción de importantes inversiones. Estamos a 250 kilómetros del Océano Pacífico, con un paso fronterizo internacional a solo 100 kilómetros y, cuando finalice la obra de la Ruta 23 estaremos a solo 600 kilómetros de la salida al Atlántico. Esta extraordinaria circunstancia nos permitirá ser una especie de Canal de Panamá pero a costos infinitamente menores, contando con un mercado asiático que, sumado al especial régimen de aranceles que rige en Chile en materia de comercio exterior, nos posicionan como el lugar obligado para contar con un gran centro de producción y logística. Desde la Cámara de Comercio estamos exigiendo desde hace más de 10 años la conformación de este Polo Productivo.

EB: ¿Por qué las autoridades no logran dar en la tecla ante el alto índice de desempleo?

MG: Nuestra ciudad ya lleva muchos años con este problema. Esto se intensifica ya que Bariloche es atractiva para mucha gente que la está pasando mal en otras zonas y viene a nuestra ciudad en busca de un mejor futuro. Esto pasa a engrosar ese gran grupo de gente que no consigue empleo. Con el polo productivo y tecnológico tendríamos mano de obra los 365 días del año. Sin embargo, este tema ya lleva más de diez años sin poder resolverse y la decisión es puramente política. Todas las ciudades importantes de nuestra provincia lo tienen y nosotros seguimos esperando. Es una irresponsabilidad tener una comunidad de casi 150 mil habitantes sin esta herramienta. Hay que apoyar fuertemente la contratación de gente local que esté radicada en nuestra ciudad y que puedan certificar su residencia aquí.

FUENTE: Económicas Bariloche

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