La política rionegrina volvió a ofrecer una postal difícil de explicar —o fácil, según la experiencia de quien la observe—. El presidente del Concejo Deliberante de Viedma, Pedro Bichara, integrante de Juntos Somos Río Negro, apareció en primera fila en el acto de lanzamiento de la lista de Fuerza Patria en el Club Tronador de Carmen de Patagones, provincia de Buenos Aires. El detalle no sería relevante si no fuera porque, de este lado del río, apoya al oficialismo provincial y, del otro, a una fuerza claramente identificada con el peronismo, en abierta contradicción con la línea marcada por el gobernador Alberto Weretilneck, que insiste en que JSRN no está “ni con Cristina ni con Karina”.

Bichara no estuvo solo. También se lo vio a Norberto “Tito” Domínguez, funcionario municipal del gabinete de Marcos Castro, quien en el pasado fue delegado del Ministerio de Desarrollo Social de Nación durante la gestión de Alicia Kirchner. Hoy, al igual que Bichara, integra JSRN. Ambos cuentan con pasado peronista y actualmente se referencian en el vicegobernador Pedro Pesatti, uno de los críticos internos de la estrategia nacional que Weretilneck plantea para las elecciones de medio término.

El acto en Patagones, organizado por el intendente Ricardo Marino y con la presencia de la diputada nacional Victoria Tolosa Paz, fue descrito por sus organizadores como “una noche cargada de mística y militancia”. Mientras afuera retumbaban los bombos, adentro se sellaban respaldos políticos. Entre ellos, los de dos dirigentes que, oficialmente, forman parte del partido provincial que gobierna Río Negro.

En el mismo encuentro también se vio a Mario Sabbatella y a Vanessa Cacho Devicenzi, dirigentes viedmenses del partido PAR, y al exdiputado nacional rionegrino Jorge Cejas. La foto de todos ellos en primera fila frente al escenario no pasó inadvertida, especialmente por la proximidad de las elecciones provinciales en Buenos Aires y las definiciones electorales de JSRN.

La imagen deja un mensaje difícil de disimular: mientras en Viedma la bandera es verde, cruzando el río el guiño es celeste con el escudo del justicialismo. Una militancia anfibia que, al parecer, nada sin problemas entre discursos que, según la orilla, pueden sonar completamente distintos.