El diputado Agustín Domingo (Juntos Somos Río Negro)
presentó un proyecto para modificar el impuesto a las ganancias, orientado a
corregir la gran inequidad entre asalariados, monotributistas y autónomos que
ganan lo mismo, reducir la presión impositiva al trabajo, y protegerla del
gobierno de turno y las crisis económicas del país.
La principal inequidad actual, generada por la inflación,
se da en la desmedida escala del pago de ganancias de un trabajador autónomo al
saltarse de categoría. Al ajustar su facturación por el aumento del costo de
vida, rápidamente deja las escalas más bajas y sube en las obligaciones
tributarias.
Peor es para quienes llegan a la categoría máxima de
monotributo y se ven obligados a hacerse responsables inscriptos y saltar de la
cuota reducida que pagan como monotributistas a los elevados porcentajes que
paga el autónomo, por una pequeña diferencia de facturación. Una injusticia muy
grave.
Una mayor inequidad es evidente cuando se compara el
impuesto y la base imponible sobre la que tributan los autónomos con los
asalariados en relación de dependencia, cuando sus ingresos son similares.
Todas las personas son iguales ante la ley según la
Constitución, pero totalmente desiguales en la actual ley del Impuesto a las
Ganancias argentina, y más aún en el contexto inflacionario y de crisis
macroeconómica que castiga a los habitantes por trabajar y recibir una
contraprestación monetaria.
El proyecto del diputado Domingo propone cambios de base
en la estructura de este impuesto, para corregir esas desigualdades y a la vez
darle la progresividad -cobrar más al que más ingresos tiene- que debería
tener, desatándolo de las distorsiones habituales de la inestabilidad y de las
arbitrariedades del recaudador de turno.
“La escala actual de Ganancias se tornó ridícula. Con
poca facturación se llega al máximo. Buscamos más razonabilidad para los que
menos ganan y evitar el salto desproporcionado de quienes facturan el máximo de
la categoría”, explicó el rionegrino.
El proyecto es estrictamente técnico y propone una
modificación, no sólo a la tabla de alícuotas sino también a la forma en que el
mínimo no imponible es contemplado en la norma, definiéndolo en la misma tabla
para eliminar el trato desigual entre asalariados y autónomos que hoy existe.
Esta es de hecho la solución que adoptan la mayoría de los países del mundo
incluidos vecinos como Brasil, Chile o Uruguay.
Explicó que “con la nueva forma de determinar el mínimo
no imponible los asalariados que cobran menos de $280.000 por mes seguirán sin estar
alcanzados por el impuesto, pero la diferencia la notarán los autónomos de
menor facturación que tendrán un alivio importante”.
“Hoy un monotributista que factura hasta $ 4,66 millones
al año paga un impuesto equivalente al 3% de sus ingresos, cuando supera ese
límite y debe inscribirse como autónomo pasa a pagar un 24% de sus ingresos. Es
un salto muy alto que incentiva el enanismo fiscal. Y si lo comparamos con lo
que paga un asalariado la diferencia es de la misma magnitud”, sostuvo.
Y para desacoplarlo de la inflación, devaluación y
gobierno de turno, propone que la tabla se actualice todos los años en función
del valor del Salario Mínimo, Vital y Móvil vigente el 1 de enero de cada año,
y por ello todos los valores están expresados en esta unidad de medida.
18 abril 2024
Río Negro