Clara Cantore volvió a sus orígenes en Viedma

De la mano de No Todo es Vigilia, con el auspicio del Municipio y la UNRN, la cantante y bajista presentó un repertorio de clásicos del folclore íberoamericano.

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Clara Cantore, la talentosa compositora, multi instrumentista y cantante, llegó a Viedma con su bajo, un renovado repertorio y destacados músicos que la acompañaron por un recorrido de canciones conformado por clásicos del folclore íberoamericano con los que creció y se formó musicalmente.


Quienes ya me han escuchado en anteriores presentaciones aquí en Viedma verán una versión mía distinta”, anticipó ante el auditorio que se dio cita ayer domingo a las 19 en el Centro Municipal de Cultura.


Después de la crisis que la embargó durante la pandemia que la llevó a alejarse por un tiempo de la música decidió dejar momentáneamente atrás sus propias canciones y volcarse a aquellas que escuchaba de niña.


Por ello, este fin de semana la Comarca pudo disfrutar de aquellas creaciones que perduran en el tiempo, con los destellos armoniosos entre su bajo, el bandoneón de Milagros Caliva y la percusión de Ciro Gargaglione.


Mediterráneo”, de Joan Manuel Serrat, envolvió al público sorprendido ante la belleza de la reversionada interpretación de Clara Cantore de aquel éxito del catalán. Y así siguieron “La Milonga del Solitario” de Atahualpa Yupanqui, el bolero “La Mentira” y la litoraleña “Recuerdos de Ypacaraí”, entre otras varias adaptaciones libres de zambas, chacareras y milongas.


La invitación de la Asociación Cultural No Todo es Vigilia, con el auspicio de la Municipalidad local y la Universidad de Río Negro, fue el ámbito para que la destacada artista pudiera también reflexionar sobre la vida, los vínculos y las canciones. “Tenemos que seguir deconstruyendo la idea del amor posesivo y todo eso que plantean los viejos boleros, pero no por ello dejar de escucharlos y disfrutarlos”, disparó ante el público atento.


Y así entre risas y complicidad con sus músicos llegó “Amor Profundo”, la bella canción de Mandrake Wolf -que hizo famosa Jaime Roos- que en ritmo murguero le canta a lo que Clara consideró el “amor verdadero, el que es para siempre y que no te deja ni te cambia: el amor por la música y por cantar”.


La cantante invitó a compartir escenario a la local Iara Cuervo, quien dejó una bella zamba con dos de sus compañeros viedmenses, y luego, las visitantes acompañaron al organizador, Leandro Gaviño, en el recitado del poema El Barco, de Pablo Neruda.


La cantante recordó que "Viedma fue uno de los primeros lugares en los que me presenté en giras, y que conoce todas mis etapas". "Los músicos que pasan por acá siempre recuerdan a Viedma como un lugar que los recibe bien", y agregó que por esa razón "es bueno ver como esta ciudad recibe cada vez más artistas".


Y de esa manera, entre ritmos matizados de zambas y chacareras, de boleros y candombes, con aires de murga y chamamés lentos, mixturando reflexiones con armonías y arpegios con poesía, pasó una noche más de profunda calidez en un Centro Cultural que se convirtió en el refugio ideal bajo la tenue llovizna que envolvía la Comarca.


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