Atrás quedó la gótica ciudad francesa de Estrasburgo, ahí
quedó el mejor recuerdo para Gladys Castaños, pero no la gloria y el
reconocimiento que buscaba hace décadas. Ambas se vinieron con ella para la
Argentina, para Viedma, más precisamente.
Castaños se consagró campeona mundial de fitness
(fisicoculturismo) después de varias ediciones de tener muy buenas
participaciones en estos certámenes ecuménicos.
Castaños llegó a la final en la que compitió con pares todas europeas: Francia, Alemania, Suiza y Polonia. Les ganó a todas y la incredulidad por la gloria obtenida recién la vino a corroborar ayer, al llegar a Viedma, donde la esperaban sus más cercanos, sus alumnas, su familia, pero que también estaba para abrazarla toda una ciudad a la que se le había inflado el pecho la semana pasada cuando las noticias desde el Viejo Continente indicaban que una vecina era campeona mundial de una disciplina en la que no terminamos de conocer muy bien, pero que sin dudas requiere de pasión y dedicación.
Tal como ocurrió con otras glorias del deporte local que
hicieron proezas en el deporte internacional, Gladys Castaños también se
inscribió en esa caravana selecta, que fue vitoreada por la gente en la calle
mientras saludaba desde el camión de los Bomberos.
La emoción de la deportista solo era superada por la de su mamá, que la esperaba ansiosa en el aeropuerto Gobernador Castello.
7 enero 2025
Deportes