Uno de los ocupantes de UOCRA Viedma se sintió amenazado por dichos de Miller

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“Son amenazas. Hemos sufrido agresiones siempre, especialmente desde el 29 de septiembre del año pasado cuando nos escracharon las casas con pintadas y ataúdes,  particularmente a mí”, remarcó Neyra.

Recordó también un episodio en el que “salimos heridos cuando un compañero vino a la Justicia y ellos quisieron impedir que llegue a la rueda de reconocimiento después de la paliza que Colman y sus colaboradores le dieron. En ese momento le pegaron un tiro a uno de los muchachos”.

Ayer Miller usó su Facebook para decir que "no pondrían la otra mejilla" tras la toma de la sede en la capital provincial, en una actitud desafiante. Horas después, la publicación de sus manifestaciones a través de la red social molestó al propio dirigente sindical.

“Por más que lo nieguen le saltan las amenazas en público. No son tan inteligentes. Interpretamos sus dichos como amenazas”, remarcó.

Dijo que la toma de la sede UOCRA logró su objetivo. “Queríamos labrar un acta con la justicia para ponerlos en conocimiento del tema y empezar a ver si podemos ingresar a trabajar a alguna obra”, dijo.

Dijo que luego de ese episodio “no hubo más choque entre las partes” pero admitió que “algunas personas se acercaron a casa, yo pensé que era para golpearnos pero en realidad nos dieron su apoyo y nos dijeron que tuvieron que ir a la puerta de la sede para aplaudir porque los mandaron. Yo los entiendo porque necesitan cuidar su trabajo”.

Desmintió que la toma haya sido violenta. “El juez comprobó que no habíamos entrado violentamente, que todo lo que dijeron era mentira. Además, la toma no fue para quedarnos definitivamente”.

También negó que hayan rociado con nafta a una persona o que tuvieran armas de fuego en su poder, como consta en la denuncia. “Tampoco entramos con menores, como dijeron”, señaló.  

“Cuando nos revisó el juez lo único que encontró fue gomeras. Y encima se nos río porque nos habíamos olvidado las piedras”, dijo.

Además, admitió que mintió al dar el número de personas en le interior, cuando en un principio habló de 12 personas pero en realidad eran 5. “Dijimos que eramos más para evitar que entren al edificio todos los que estaban afuera”, explicó.

Aseguró que, al quedar afuera de las elecciones por la impugnación presentada por la lista de Miller, la lucha pasa por “entrar a las obras”.

Además, desmintió los dichos del secretario adjunto, Edgardo Cancino, quien ayer acusó a Neyra de tener juicios con las empresas constructoras. “Eso es mentira. Nunca tuve un solo juicio, siempre salí bien”, dijo.

“Ayer lo escuchaba a Cancino culpando al PJ y a (Miguel) Pichetto. Nosotros no respondemos a nadie a ningún político. Es un manotazo de ahogado” aseguró el obrero.

“Sabemos que en cualquier momento podemos tener un problema en la calle. Siempre pasa que nos gritan cosas o nos han tratado de amedrentar. Pero, ya estamos acostumbrados”, remarcó el dirigente opositor.

 

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