La legisladora provincial Maricel Cévoli expresó su más enérgico repudio ante el doble femicidio y posterior secuestro de un menor ocurrido en Córdoba, un hecho que conmocionó al país y tuvo como responsable al padre del niño, Pablo Laurta, quien fue detenido en Entre Ríos.

“Estos crímenes no pueden ser analizados de forma aislada, ya que se inscriben en un contexto social atravesado por la proliferación de discursos de odio”, afirmó Cévoli, en referencia a la creciente difusión de mensajes misóginos en redes y espacios públicos.

El agresor, según se conoció, integraba la organización “Varones Unidos”, un grupo de origen uruguayo que, bajo el argumento de defender los “derechos de los hombres”, niega la violencia de género y difunde contenidos que promueven el odio hacia mujeres y diversidades. Laurta, una figura activa dentro del colectivo, utilizó esa plataforma para atacar a su expareja y presentarse como víctima de una supuesta falsa denuncia, en el marco de un conflicto judicial y familiar.

Cévoli señaló además que Laurta había participado en actividades junto a referentes como Agustín Laje y Nicolás Márquez, conocidos por sus discursos antifeministas y su cercanía con el presidente Javier Milei. “Esto pone en evidencia una red que legitima la violencia machista. Una red que se extiende desde los ámbitos académicos y mediáticos hasta la política, normalizando y justificando la violencia”, expresó.

La legisladora advirtió que estos hechos se producen en un escenario de recorte de políticas públicas de género y debilitamiento institucional. “Resulta alarmante que estos crímenes ocurran en un contexto de desmantelamiento de programas y presupuestos que protegían a mujeres e infancias, mientras desde sectores del poder se promueven discursos antifeministas. La defensa de la vida y de los derechos de las mujeres e infancias no admite neutralidad”, sostuvo.

Finalmente, Cévoli subrayó que el caso de Córdoba “se enmarca en un contexto de creciente difusión de discursos misóginos en redes sociales y medios digitales, los cuales se traducen en violencia real contra mujeres y diversidades”. Y concluyó: “La violencia de género sigue siendo un problema grave y estructural en nuestro país, que exige respuestas firmes y sostenidas desde el Estado y la sociedad”.