Viedma amaneció cubierta por un manto blanco de escarcha y hielo

Las temperaturas bajo cero durante toda la noche y entrada la mañana marcan la característica de la jornada, con un frío que prevé extenderse por varios días.

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La capital rionegrina vivió esta mañana una de las postales invernales más intensas del año. Desde antes de la medianoche, una fuerte helada comenzó a cubrir plazas, costanera, caminos y espacios verdes, transformando el paisaje urbano en una escena digna del sur más crudo.

A las 10 de la mañana, cuando el sol ya estaba alto, el termómetro marcaba -4°C. La combinación de frío extremo y alta humedad dejó un espeso tapiz de escarcha sobre el césped, las ramas desnudas de los árboles, los juegos infantiles y hasta los bancos de las plazas. Las sombras mantenían el hielo intacto, mientras que las zonas más expuestas comenzaban a humear levemente al recibir los primeros rayos.

La fotografía tomada en el parque Ferreira ilustra con precisión ese amanecer helado: una alfombra blanca cubriendo la tierra y los árboles recortándose oscuros contra el cielo pálido del alba. A lo lejos, los primeros autos avanzaban con cautela por calles aún resbaladizas.

La sensación térmica fue aún menor que la temperatura oficial, y se mantuvo bajo cero bien entrada la mañana. El movimiento matutino se volvió más lento, con pasos cuidadosos y manos escondidas en los bolsillos. El vapor que salía de las bocas era tan visible como el aliento del propio invierno.

Este fenómeno no es inusual en la región durante julio, pero sí lo es la duración del frío extremo a lo largo del día. Según datos del Servicio Meteorológico Nacional, la persistencia de temperaturas negativas responde a una masa de aire polar que cubre gran parte del norte patagónico desde el fin de semana.

A pesar del impacto en la rutina, la ciudad también se regaló una de esas imágenes que sólo ofrece el invierno: una costanera blanca, árboles cristalizados y un cielo limpio que enmarca el día más allá del frío.

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