También regula la temperatura corporal y la correcta asimilación de proteínas, vitaminas, hidratos de carbono y grasas, ayudando a establecer el metabolismo y la obstención de energía de los alimentos que se ingieren.
En los últimos tiempos ha aumentado la cantidad de casos de mal funcionamiento de la tiroides, lo que requiere el debido tratamiento médico porque puede provocar retraso en el crecimiento intelectual y físico de los niños y numerosos inconvenientes en los adultos.
Pueden existir algunos desórdenes en el organismo que provoca el mal funcionamiento de esta glándula; si su producción de hormonas es baja se habla de hipotiroidismo y si es excesiva, de hipertiroidismo, afecciones que se dan más frecuentemente en las mujeres que en los hombres. También puede producirse la aparición de bocio (agrandamiento de la tiroides) o de nódulos, que deben analizarse- sobre todo sin son únicos- para descartar que no sean malignos. Algunos de los síntomas que indican el mal funcionamiento de la tiroides son la aparición de un bulto en la cara anterior del cuello, estado de nerviosismo sin causa explicable, pérdida o aumento de peso, palpitaciones, molestias en los ojos con desplazamiento hacia adelante del globo ocular, cansancio, sequedad en la piel y cambio del ritmo intestinal.
Generalmente la principal causa radica en una dieta baja en yodo, por lo que se recomienda el consumo de sales yodadas, en especial durante el embarazo y la lactancia, con el fin de lograr un aporte suficiente de este mineral tanto para la madre como para el niño.