La historia no es nueva: por algún motivo -que no trascendió- los vándalos agreden al personal policial y éste reprime con balas de goma, gases, etc. Los jóvenes responden con piedras y todo objeto contundente que tengan a mano. También se escuchan, claramente, disparos de armas de fuego.
En medio de la batalla, cientos de vecinos que nada tienen que ver con esos delincuentes. Gente decente, que trabaja todos los días, que tiene hijos o personas mayores en sus casas, y que debe vivir con el corazón en la boca porque el Estado no se ocupa de este grave problema.
Si bien no debemos achacarle todas las culpas a los organismos estatales que no actuaron, ni lo hacen ahora debidamente, no hay que olvidar que estos vándalos provienen de una familia, donde no supieron o no quisieron educarlos para ser personas de bien.
Pero el Estado tampoco supo contenerlos a tiempo y ahora la situación es gravísima, porque se trata de un grupo de personas que se tornaron inmanejables por el consumo de alcohol y estupefacientes. Se creen los dueños del barrio y son los autores de la mayoría de los robos a las propiedades privadas y a los transeúntes que allí se producen.
¿Es incorregible? No, se puede hacer algo, porque todo el mundo sabe (y más aún la Policía y la Justicia) que las 'manzanas podridas' son apenas dos o tres, con frondosos prontuarios y hasta -dicen- pedidos de captura. Luego logran que al momento de las 'batallas' se les sumen algunos otros de menor edad, incluso de otros barrios (los que llegan -hoy se vio claramente- en taxis que se introducen hasta el corazón de la batahola).
Pero está claro que el Estado, a través de las áreas sociales municipales, provinciales y nacionales, no tiene herramientas humanas ni materiales para encarar este problema. No saben, son ignorantes en esta materia. Ha quedado demostrado.
Y la Justicia, lamentablemente, está en manos de jueces -en su gran mayoría- que les temen a estos delincuentes y a sus familias. Es inexplicable como casi todos estos malvivientes no están tras las rejas, porque han robado y delinquido una y otra vez. Pero siguen sueltos. Incluso algunos ocupando viviendas que han sido dadas por el mismo Estado, que luego no controló lo que en allí sucede.
Realmente es una verdadera pena. Todo un barrio -muy grande- en vilo por un puñado de personas que debe estar en otro sitio...quizás cumpliendo condenas.

13 diciembre 2025
Judiciales