Luna: “El Servicio Penitenciario nunca tomó forma y está peor que cuando se creo”

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¿Por qué no hay un civil al frente del SPP?

En realidad, la ley estipula que quien ocupe el cargo de director del SPP sea alguien con título universitario, capacidad de conducción y con experiencia en cuestiones relacionadas. El SPP desde su creación ha tenido siempre civiles. Es la primera vez que alguien de la policía se hace cargo del organismo. Yo soy comisario mayor, pero no fui convocado por eso, sino más bien por la experiencia que he obtenido en el área y con especializaciones y fundamentalmente porque soy licenciado en Ciencias Sociales  y Penales.

¿Quién lo convocó?

El ministro de Gobierno. Me dijo que había estado analizando antecedentes que tenían que ver conmigo, que habían hecho un sondeo en las unidades y aparecía como la persona indicada.

Veníamos en un proceso que se inicio cuando era director del penal (de Viedma), con constantes intentos de que esto funcione y hay que reconocer que nunca funcionó. El SPP nunca encontró la identidad y nunca se pudo estructurar en cuanto a la Ley prevé.

Me toca ver hoy, en un primer diagnóstico, que está peor que cuando se hizo el proyecto. Y en definitiva esto nunca tomó forma.

Hablamos de la época de Saiz…

Sí, pero yo no lo tomo como una cuestión política. El SPP lleva ya alrededor de siete años de su creación. Había una previsión que decía que durante los primeros cinco años la policía brindaría la seguridad interna y externa; pasó el tiempo y todavía hay 320 policías en los penales.

Y teniendo en cuenta este panorama que describe ¿por qué se decidió aceptar el cargo?

Porque es un desafío. Quizás porque estoy en el momento final de mi carrera y es como mi último esfuerzo. Tiene que ver con una cuestión personal de haberlo sufrido y vivido en la conducción de un establecimiento penal. En algún momento yo reclamaba a los de arriba y ahora me toca estar en un lugar donde puedo cumplir lo que reclamaba.

Estamos terminando con gente de la función pública todo lo que tiene que ver con el escalafonamiento, con la incorporación de 250 nuevos operadores en el marco de la Ley. Todo esto es un trabajo fuerte que se debe hacer.

En las unidades penales hay problemas de orden porque se han ido poniendo parches y nuca se tomó una medida como la que se quiere tomar ahora.

¿Los nuevos operadores reemplazarían a los efectivos policiales en el servicio?

No a todos. Esta incorporación se hace en el marco de la emergencia con una formación muy básica y seguirán capacitándose ya incorporados, cumpliendo las funciones que corresponden. Estarán cumpliendo sus tareas siempre bajo la vigilancia y la guía de un tutor.

En realidad, hay mucha gente de la policía que simplemente se sumó porque no había otras alternativas, pero han sido capacitados para penitenciarios y han trabajado siempre en cárceles.

Entonces, ¿cuál es el sentido de cambiar la gente o dónde falla el sistema?

Porque no todos tienen interés en seguir ahí. Muchos no cuentan con esa capacitación, no tienen interés en seguir o no tienen la vocación. Esos van a ser retirados y reemplazados.

¿Paralelamente, se están arreglando las estructuras?

Sí, claro. La alcaidía de Viedma era la vieja escuela de suboficiales y no está preparada para cárcel. Bariloche nos aparece en una situación similar. Además tenemos las nuevas cárceles en Viedma y Cipolletti con problemas que estamos analizando. Estamos tratando de corregir esos errores.

Hoy los edificios atentan contra las posibilidades, fundamentalmente porque son cárceles construidos con un modelo donde debería haber mayor cantidad de operadores, con un control diferente y con gente que tiene una capacidad que lo permite.

Cuando la gente dice que falla el SPP, ¿con qué tiene que ver?

Con todo esto. El estado de las cárceles y la falta de personal. Lo que ocurre en Cipolletti es un tema en el que el propio gobernador en persona se ha ocupado. Evidentemente algo está pasando y tiene que ver con esto del modelo de cárcel. Fue concebida para mínima seguridad, sin embargo sigue poblada con gente con condenas largas. Para esta gente es muy fácil escaparse de ahí, sobre todo cuando hay un montón de impedimentos.

Esa cárcel tiene cuatro alambrados y tampoco es fácil para el agente penitenciario. Pasa el primer alambrado y le grita, pasa el segundo y el tercero tira un balazo al aire ¿y en el cuarto qué hace? ¿Le tira por la espalda? Sí lo matás sería peor. En todo caso se lo individualiza y lo buscamos.

La Asociación Civil La Cantora ha denunciado que la misma policía permite la entrada de drogas y elementos que sirven para que los presos escapen. ¿Se investigará eso?

Si, de hecho ya me reuní con la gente de la Asociación. Les pedí que trabajemos juntos, porque tenemos el mismo objetivo que es el buen pasar de los muchachos que cumplen su condena. Con relación a las denuncias lo que les pedí es que si tienen alguna prueba, la acerquen.

De hecho uno de los planes que estamos implementado es la posibilidad de eliminar medicamentos o psicofármacos que terminan siendo peligrosos. El aporte de ellos y de todas las instituciones que quieran colaborar será muy importante.

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