Una sentencia del Juzgado Multifueros de El Bolsón autorizó a una joven a modificar su identidad registral mediante la eliminación del apellido paterno, la supresión de uno de sus tres nombres y el reordenamiento de los restantes. La resolución contempló su historia personal y el impacto que tenía para ella mantener un nombre que no representaba su identidad.

La joven explicó en su presentación judicial que desde su nacimiento llevaba un apellido con el que no se identificaba y una combinación de tres nombres que no reflejaban su vida cotidiana. El primero de esos nombres fue elegido por su progenitor, quien se desvinculó de su crianza cuando ella era bebé y con quien no logró establecer un vínculo. De acuerdo con su testimonio, esa parte de su nombre la conectaba con una figura ausente y sin participación en su desarrollo afectivo o material.

Además del pedido vinculado al apellido, la joven sostuvo que mantener tres nombres le resultaba poco funcional y distante respecto de la identidad que construyó a lo largo del tiempo. Por esa razón solicitó una redefinición integral que permitiera adecuar sus datos registrales al nombre que utiliza habitualmente y con el que se siente representada.

La jueza interviniente evaluó los antecedentes y consideró los testimonios de la madre y la abuela materna, quienes confirmaron la ausencia del progenitor. También tuvo en cuenta que el nombre, como elemento constitutivo de la identidad, puede ser modificado cuando existen motivos significativos, aun en ausencia de un daño psicológico grave. Tanto el Ministerio Público como el Registro Civil se pronunciaron favorablemente respecto de la solicitud.

El fallo autorizó la supresión del apellido paterno, la eliminación del primer nombre y el reordenamiento de los dos restantes. De esta manera, la joven pasó a llevar legalmente el nombre G.B.S., coincidente con el que utiliza en su vida cotidiana. La resolución permite que su identidad registral refleje la forma en que se nombra y se reconoce desde hace años.