Durante la audiencia de cesura realizada este jueves en Cipolletti, el Ministerio Público Fiscal solicitó una pena de 11 años de prisión para un hombre que ya había sido declarado penalmente responsable del delito de abuso sexual con acceso carnal. La condena fue dictada el pasado 4 de abril, y la instancia actual permitió a las partes exponer sus argumentos sobre el monto de la pena.
Antes de los alegatos, el tribunal escuchó dos testimonios propuestos por la defensa: la hija del imputado y una profesional que elaboró un informe socioambiental. Luego, tanto la fiscalía como la defensa presentaron sus consideraciones finales.
Durante su exposición, la fiscal del caso enfatizó la gravedad de los hechos y las consecuencias emocionales y físicas que sufrió la víctima, quien atravesó una situación de abuso durante más de diez años. Según sostuvo, solo pudo exteriorizar lo vivido cuando su cuerpo comenzó a manifestar síntomas que llevaron a la denuncia. Las pericias psicológicas y psiquiátricas incorporadas al expediente confirmaron la existencia de "daños graves y persistentes, compatibles con situaciones de abuso sexual".
La fiscal explicó que muchos de los episodios relatados por la denunciante se encontraban prescriptos al momento de iniciar la causa, lo que no impidió que el tribunal reconociera el padecimiento sostenido a lo largo del tiempo. Entre las secuelas detalladas se mencionaron cortes, quemaduras, rechazo corporal, problemas de concentración y un cuadro de estrés postraumático.
Como agravante, la representante del Ministerio Público subrayó que el acusado mantenía un rol de preeminencia en la vida de la víctima, a quien conocía desde su nacimiento. Esa relación de cercanía generó un lazo de confianza que fue aprovechado por el condenado para establecer un control emocional y afectivo. También se mencionó la referencia de la víctima a rituales físicos y esotéricos a los que habría sido sometida.
La fiscalía solo reconoció un atenuante en favor del acusado: su edad, 80 años, y la ausencia de antecedentes penales. Aun así, solicitó la pena de 11 años de prisión efectiva.
Por su parte, la defensa solicitó que la eventual condena se cumpla en modalidad domiciliaria, atendiendo al estado de salud y la avanzada edad del imputado. Además, puso en duda la efectivización de los hechos en los términos planteados por la acusación.
La sentencia se conocerá el próximo 23 de junio, a las 13.30, en una audiencia virtual a través de la plataforma Zoom.
11 julio 2025
Judiciales