La caída en los precios de la carne bovina que se registró inmediatamente después de la flexibilización de la barrera sanitaria resultó ser transitoria. A pocas semanas de aquel cambio, los valores volvieron a subir y se encuentran nuevamente en un sendero firme, impulsados por la dinámica de oferta y demanda y por un mercado internacional que muestra un fuerte interés en los cortes argentinos. Así lo explicó el especialista del INTA, Edgardo Tejeda, quien analizó la situación actual del sector y advirtió que no se esperan retrocesos significativos en el corto plazo.
Tejeda sostuvo que, si bien algunos cortes tuvieron bajas puntuales en la comarca —como registraron relevamientos recientes—, el movimiento general del mercado fue en sentido contrario. En noviembre, el precio del ganado gordo aumentó cerca de un 17%, y aún no encuentra techo. “La baja que vimos fue momentánea. Sin intervención del Gobierno nacional, la oferta y la demanda marcan el ritmo y hoy indican precios firmes. No hay señales de que esa tendencia se vaya a revertir”, señaló.
El especialista remarcó que la dispersión de valores que se observa en las góndolas responde más a estrategias comerciales que a cambios reales en la cadena productiva. “Hay cortes envasados al vacío a $28.000 y, al mismo tiempo, asados congelados a $11.000. Es difícil interpretar esas diferencias desde la producción. La cadena es corta. Lo que aparece son políticas propias de los supermercados para atraer consumidores y ordenar sus inventarios”, explicó.
Tejeda indicó que diciembre suele ser un mes de precios altos por la mayor demanda y por las decisiones de venta de los productores. A esto se suma un factor estructural: la ganadería argentina no logró aumentar su productividad en las últimas décadas. “Estamos con los mismos índices de hace 40 o 50 años. No tuvimos una revolución tecnológica como la soja. La rentabilidad fue baja, y eso frenó la inversión. Hoy la oferta es limitada y la exportación empuja fuerte”, afirmó.
El mercado internacional aparece como un elemento decisivo. Según Tejeda, si se concreta el incremento de la cuota de exportación a Estados Unidos, la presión sobre los precios internos será mayor. “Si el consumo local no puede seguir esos valores, la carne va a salir al exterior. Probablemente consumamos menos kilos por habitante y aumente la participación del cerdo, el pollo o el cordero”, añadió.
El especialista recordó que producir carne bovina es cada vez más costoso por la duración del ciclo, la suplementación, la sanidad y la baja eficiencia comparada con otras especies. En este contexto, consideró que el comportamiento del mercado en las próximas semanas será clave, aunque no espera grandes modificaciones. “La baja que se anunció por la flexibilización ya quedó atrás. Hoy los precios están firmes y, salvo un cambio regulatorio, seguirán en esa línea”, concluyó.

5 diciembre 2025
Río Negro