Hoy se celebra el Día Mundial del Aire Puro

Buscan concientizar sobre los por ambientes 100% Libres de Humo

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El Día Mundial del Aire Puro fue instituido en 1977 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y surge como un reclamo de la comunidad ante el persistente deterioro del ambiente por la contaminación debido a gases derivados de procesos industriales, vehículos, basurales a cielo abierto e incendios forestales entre otros, que conlleva a repercusiones en la salud de la humanidad y en los ecosistemas.


El Ministerio de Salud adhiere a este día y a través del Departamento de Enfermedades Crónicas No Transmisibles resalta la importancia de concientizar a la población acerca de los efectos perjudiciales para la salud del humo de tabaco ambiental, así como la importancia de respetar los Ambientes cerrados 100% Libres de Humo.


El humo de tabaco es uno de los contaminantes del ambiente y el principal en la mayoría de los lugares cerrados. Está compuesto por más de 7.000 sustancias químicas tóxicas e irritantes que agreden a nuestro organismo provocando diversas enfermedades y de las cuales más de 70 producen cáncer.


En Argentina mueren al año 6000 personas no fumadoras por enfermedades relacionadas con el tabaco, son personas que fueron expuestas involuntariamente al humo de tabaco en el hogar, en los restaurantes, en los lugares de trabajo y en cualquier otro ambiente cerrado (vehículos, cines, transporte público, etc.).


Cualquier nivel de exposición al humo de tabaco implica un riesgo para la salud y a mayor exposición existe mayor daño. Además, tanto los dispositivos electrónicos dispensen o no nicotina, así como los productos de tabaco calentado, también liberan un aerosol que contiene numerosas sustancias perjudiciales tanto para la salud del usuario (o "vapeador") como para las personas del entorno expuestas al mismo.


Beneficios que aportan los Ambientes 100% Libres de Humo:


Protegen la salud de todas las personas de los efectos perjudiciales del humo de tabaco.


Ayudan a los fumadores a fumar menos y a dejar de fumar.


Previenen el inicio del consumo en niños y jóvenes.


Reducen el ausentismo laboral y escolar, aumentando la productividad.


Previenen enfermedades y reducen gastos por consultas, estudios y tratamientos médicos.


Disminuyen los riesgos de accidentes e incendios edilicios y forestales.


Evitan el deterioro de instalaciones, equipos y mobiliario, disminuyendo gastos de mantenimiento.


Reducen la aceptabilidad social del fumar, cambiando las normas culturales.

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