Con la declaración de seis testigos y la exposición de los
alegatos de las partes, culminó hoy el debate oral y público iniciado para
juzgar la responsabilidad que Marcos Thola Durán tuvo en la muerte de su
pareja, Silvia Vásquez Colque.
El Juicio, iniciado el martes 1 de octubre, se extendió durante cinco jornadas en las que comparecieron casi una treintena de testigos. Con esa prueba producida, hoy fue el momento en que las partes sostuvieron sus teorías del caso.
La acusación
El alegato del Ministerio Público Fiscal se estructuró en
dos partes, la primera de ellas desarrollada por la adjunta de Fiscalía, Paula
de Luque que buscó probar que Silvia está muerta, a pesar de que su cuerpo aún
no pudo ser encontrado.
“Este es el silencio de aquellas personas que no pueden
hablar, es el silencio de una persona que está muerta, esa es la única
hipótesis posible”, dijo luego de repasar cada uno de los aspectos que dan
cuenta de esa certeza.
“Existió una escalada de violencia, agresiones, puñaladas y
homicidio de la cual fue víctima Silvia; una mamá excelente que no se iría sin
sus hijos, tal como lo afirmaron su mamá, su hermana, amigas, vecinas y las
maestras de los niños. Esto descarta rotundamente la conducta abandónica que la
defensa quiere achacarle, tal como lo afirmó la directora de la escuela de los
niños”.
La falta de aviso, la ida abrupta y solitaria, la
incomunicación que prosiguió al presunto abandono del hogar, aún más llamativa
porque Silvia era una mujer hipercomunicada a través de whatsapp y Facebook,
fueron algunos de los indicios que la acusación tomó como certeros para
concluir en que Silvia no se fue, la mataron.
“Nunca nadie más la vio, no volvió a utilizar Facebook,
nunca más usó su teléfono, su único teléfono. Tampoco salió de la ciudad o el
país porque no se llevó su documento y no hay registro de ello ni en empresas
de transporte ni en Migraciones”, explicó aludiendo a las declaraciones de los
peritos informáticos y psicólogos.
“Hay ciertos patrones que indican cuándo una persona se va
voluntariamente pero, ya lo dijo el perito, esta ida no fue voluntaria, ni se
suicidó, ni se marchó por insanía. Silvia está muerta y su muerte fue producto
de una acción no voluntaria en el marco de un contexto de violencia de género”.
La Fiscal Paula Rodríguez Frandsen, se refirió a la acción
del acusado. “Sabemos que mintió, contó diversas versiones de lo ocurrido,
manipuló a sus hijos mintiéndoles a ellos también y esa versión, que repite la
de su padre, brindaron ellos 40 días después en las cámaras gesell”.
Mencionó además la existencia de otros antecedentes en la
escalada de violencia, entre ellos la condena por lesiones leves que recayó
sobre el hombre por un hecho sucedido a principios del 2017.
“El 5 de junio los documentos de Silvia estaban en su casa y
en el allanamiento posterior no se encontraron. Desapareció también una pala,
aquella con la que Thola sin duda ocultó el cuerpo de su pareja”.
“Sabía lo que hacía, no hay denuncia de la desaparición,
sólo una exposición policial. La verdadera denuncia llegó por parte de una
amiga más de 876 horas después de la última vez que el hombre vio a Silvia con
vida. Esas son las horas de ventaja que tuvo para ocultar el cuerpo.”
Fabio Igoldi centró su alegato en la contundencia de los
indicios probatorios que llevan a concluir que Silvia fue asesinada a manos de
su marido. Repasó once casos recientes de condenas por homicidio en las que no
fue encontrado el cuerpo de la víctima y coincidió con la Fiscalía en que la
mujer “no se fue sola: tiene cuatro hijos de los que se ocupaba, no avisó a
nadie y siempre lo hacía, ninguno de sus contactos de afuera de Viedma sabían
que se iba”.
“Silvia no salió de Viedma, no tomó ningún colectivo a
ningún lado, no salió del país, cortó abruptamente el contacto con todas las
personas con las que se relacionaba, quedaron sus cosas en la vivienda que
ocupaba, nadie la vio salir la mañana del 5 de junio. Nadie más la vio”,
destacó.
“Fue Thola – aseguró- la última persona que la vio con vida,
no denunció su desaparición, sólo expuso el abandono en una comisaría y ha sido
mendaz hacia terceras personas dando cinco diversas versiones a sus hijos,
allegados y amigos”.
“Creo que efectivamente existió una discusión entre la
pareja, un testigo de la propia defensa hoy lo confirmó”, expresó. "Thola
era celoso, violento. No es necesario que haya sangre para que haya muerte,
Thola tenía el motivo la oportunidad y el lugar para matarla”.
¿Qué dijo la Defensa?
La defensa del imputado, ejercida por Graciela Carriqueo y
Juan José Alvarez Costa sostuvo que Thola “es un chivo expiatorio”. “Quedó
claro que todas las testimoniales se remitieron a un solo hecho de violencia
que se maximizó y por el cual el hombre fue condenado por lesiones leves”,
comenzó alegando Carriqueo.
“No quedó acreditado cómo la habría matado, ni el lugar en
el que lo hizo, ningún testigo pudo corroborar este hecho. No hay evidencia
material ni científica que corrobore la acusación de la fiscalía”.
“La acusación ha descripto todas las medidas llevadas
adelante en el marco de la investigación, a la casa de Thola la dieron vuelta y
no se encontró nada, ningún elemento que pueda incriminarlo, ningún rastro”,
expresó la Defensora y agregó que a su entender "existe una ausencia total
de prueba, las pericias informáticas se realizaron sobre teléfonos cuya
titularidad no estaba clara. Silvia tenía cuatro Facebook y sólo se revisó uno”.
“La madre de Silvia fue clara: ella nunca escuchó
discusiones y dijo además que ella no se comunicaba con Silvia, que no
hablaban”. En relación a la pericia psicológica dijo que el profesional “no se
entrevistó con ningún testigo" y en cambio recabó los datos del legajo
fiscal. "Fue claro al descrubir su informe como probabilístico”.
“Marcos Thola es un hombre trabajador que se esforzaba para
sus hijos tuvieran un hogar, ropa, comida. Estaba separado de su mujer, pero
ese hecho del 1 de enero no lo transforma en asesino de Silvia”.
Seguidamente mencionó pruebas acerca de las versiones de
desobediencia judicial y dijo en este sentido que si bien falseó su domicilio
al momento de realizar la exposición policial, “esto no lo transforma en un
mentiroso”. Agregó también que no era cierto que “la madre de Silvia le tenía
miedo a Thola, ella abandonó la ciudad pensando que su hija se había ido a
Buenos Aires, tal como lo expresó en su declaración”.
De a una, contradijo versiones de la acusación: “las
declaraciones testimoniales en relación a qué pasó entre el 1 de enero y el 5
de junio no son coincidentes, ni conducentes, ni coherentes”, expresó. “El 4 de
junio la familia estuvo bien, la supuesta pelea fue un reto de la hermana del
hombre a la pareja que había bebido”. Dijo además que “Silvia tenía total
independencia de entrar y salir de su habitación sin que el resto se enterara y
que esa mañana se fue por sus propios medios”.
“Thola no sabe dónde está Silvia, estaban separados de hecho
al momento de los hechos y cuando acudió a la policía se burlaron de él, tiempo
después su sobrina mostró una foto de Silvia con otro hombre que estaba en el
Facebook”, agregó para pedir la absolución del hombre entendiendo que “los
indicios no son congruentes, ni concluyentes, ni concordantes”.
El Tribunal de juicio compuesto por los Jueces Marcelo
Alvarez, Adrián Dvorzak y Juan Martín Brussino será el encargado de dictar
sentencia en los próximos tres días”.

29 diciembre 2025
Judiciales