Buscan asegurar derechos de personas que utilizan perros guías

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Se trata de una adhesión a la ley nacional nº 26.858, impulsada por Pedro Pesatti y Arabela Carreras (FpV).

El ejercicio del derecho de acceso, deambulación y permanencia consiste en la constante presencia del perro guía o de asistencia acompañando a la persona con discapacidad.

Un perro guía o perro lazarillo es un perro adiestrado para guiar a aquellas personas ciegas o con deficiencia visual grave. Estos perros son una ayuda para quienes se han quedado ciegos, su compañía los ayuda a desplazarse por la ciudad casi sin dificultad. Ellos saben moverse por diferentes lugares, cruzan la calle y bajan escaleras.

Se considera perro guía o de asistencia a aquel que tras superar un proceso de selección, finalice satisfactoriamente su adiestramiento, para el acompañamiento, conducción, auxilio y alerta de las personas con discapacidad y obtenga el certificado que así lo acredite.

Durante el control de los deficientes visuales el perro debe tener capacidad para percatarse de peligros eventuales para el dueño debido a las barreras arquitectónicas, requiriéndose una alta capacidad de inteligencia y nivel de entrenamiento avanzado del animal.

Aunque los perros pueden ser entrenados para esquivar diversos obstáculos, no distinguen colores como el verde y el rojo por lo que no pueden interpretar un semáforo. Cuando una persona ciega desea cruzar una calle y da una instrucción a su perro guía para llevarlo a cabo, el perro debería rechazar moverse cuando tal acción pusiera a la persona en riesgo.

El animal entiende que contradice el comportamiento recibido para responder a las instrucciones de su dueño: en cambio éste toma una decisión alternativa porque el humano no está en una posición para decidirse sin peligro. El perro tiene capacidad para saber que actúa en beneficio de la persona.

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