La Fundación es una organización constituida por médicos, enfermeros, pacientes, periodistas, representantes de la industria médica y estudiantes de Medicina que han ofrecido hacer llegar un desfibrilador externo semi automático (DESA) para ser exhibido, dictar cursos para su utilización, como así también brindar cursos en RCP (Reanimación Cardio Pulmonar).

Un desfibrilador es un dispositivo que administra una descarga eléctrica al corazón a través de las paredes torácicas. Sus sensores analizan el ritmo cardiaco del paciente determinando cuando es necesaria la desfibrilación y administra la descarga al nivel de intensidad apropiado.

“Esta descripto que si alguien realiza maniobras cardio-pulmonar inmediatamente de sufrido el PCR, esta persona tiene altas probabilidades de salir del paro, como asi también tiene altas chances de sobrevida. Y si a esto se le agrega la desfibrilación, que es lograr que un corazón, que tiene alteraciones eléctrica llamada arritmia, vuelva a un ritmo donde con esa electricidad pueda latir normalmente, se lograría, en el ámbito extra-hospitalario, un 70% de posibilidades de revertir un PCR, lo cual es un muy buen porcentaje.”, explica Jofré en los fundamentos de su proyecto.

Jofré propone establecer como requisito para la habilitación y funcionamiento de locales y/o ámbitos con afluencia masiva de público, contar con un Desfibrilador Externo Semi Automático (DESA), instrumento apto para que cualquier persona que carezca de conocimientos en Reanimación Cardio-Pulmonar (RCP), pueda asistir a otra que esté sufriendo un paro cardiaco.

La exigencia de la presente Ordenanza será de aplicación en los locales de espectáculos públicos, Clubes deportivos, grandes superficies comerciales, terminal de ómnibus, entidades bancarias, reparticiones públicas y demás espacios públicos o privados de la ciudad de Viedma donde exista una afluencia de público media que alcance o supere las quinientas (500) personas. En temporada de veraniega, los guardavidas deberán contar con un desfibrilador en la costanera Viedmense y un desfibrilador en la villa marítima del Balneario el Cóndor.