Proponen que unidades de urgencias y lugares públicos cuentes con desfibriladores externos

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La iniciativa propone que establecimientos públicos cuenten en todo momento de actividad o permanencia de personas, con un Desfibrilador Externo Automático y con personal capacitado técnicamente en forma continua y periódica para su uso.

El proyecto de Ley prevé que estén comprendidos en los alcances de la Ley las unidades de urgencias móviles, los cuerpos de Bomberos Voluntarios, unidades de rescate y todas aquellas entidades que la autoridad de aplicación considere conveniente.

La propuesta señala que los desfibriladores deberán disponerse en terminales de transporte de pasajeros del ámbito provincial, los centros comerciales con una superficie mayor a los mil metros cuadrados, los estadios, gimnasios y espacios donde se realicen actividades deportivas y los locales y salones donde se realicen eventos culturales, conferencias, exposiciones y espectáculos bailables.

También la disposición de un DEA deberá preverse en instituciones educativas del ámbito público y privado, centros penitenciarios y comisarías, bancos, locales de cobranza y salas de juego y edificios públicos tanto provinciales como municipales. El proyecto contempla la implementación de un plan de capacitación por parte del ministerio de Salud de la Provincia dirigido a las personas que estarán a cargo de la manipulación de estos dispositivos y los aspectos de control de implementación, difusión y concientización.

Al fundamentar el proyecto de Ley, Uría y Gonzáles señalan, entre otros aspectos, que el paro cardiorrespiratorio se ocasiona debido a la detención de la respiración y del latido cardíaco de un individuo y puede ocurrir por diversas causas, enfermedad cardiocoronaria, estrés físico, condiciones genética y fibrilación ventricular.

La fibrilación ventricular es la contracción eléctrica desordenada de las fibras cardíacas lo que origina arritmias y taquicardias. En estos casos la frecuencia cardiaca es superior a los 150 latidos por minuto no constatándose pulso, constituyendo una emergencia médica ya que de no corregirse indefectiblemente termina en un paro cardíaco y posterior muerte.

Ese desorden en la actividad eléctrica de las fibras cardíacas solo puede ser revertido con el uso de equipos denominados desfibriladores, aparato de fácil uso que con la emisión de un impulso eléctrico al corazón reorganiza la actividad eléctrica de las fibras miocárdicas.

Sobrevivir a un paro cardíaco repentino depende de una serie de respuestas críticas conocidas como la cadena de la supervivencia, secuencia de acciones consideradas vitales para salvar la vida de una víctima con paro cardíaco. Son 4 pasos como el llamado al servicio de emergencias, la realización de una resucitación cardiopulmonar básica, desfribilización rápida y apoyo vital cardiovascular a cargo del personal sanitario.

Una desfibrilación rápida es un factor determinante a la hora de lograr la supervivencia. Por eso hoy las tendencias marcan la instalación de desfibriladores en lugares públicos, estrategia que debe complementarse con capacitación y entrenamientos adecuados en técnicas de resucitación cardiopulmonar.

La recomendación a nivel mundial es la capacitación de las personas que generalmente suelen ser las primeras en llegar a un evento como por ejemplo policías, docentes, seguridad privada, guardavidas, empleados de aerolíneas, bomberos voluntarios y personal que presta servicios en lugares de alta concentración de público.

La mayoría de las veces los intentos de salvamento tienen éxito cuando se administra la desfibrilación en los primeros minutos después de producirse el paro cardíaco repentino. Después de 10 minutos las posibilidades de supervivencia de la víctima son poco probables.

En razón de la realidad que se vive, con el alto índice de muerte por patologías cardiovasculares causado mayormente por las conductas de la vida cotidiana y por otro lado el avance científico que permite la accesibilidad a la tecnología médica por personas no pertenecientes a los sistemas sanitarios, es que surge esta iniciativa que plantea la obligatoriedad que es determinados espacios públicos y / privados se encuentres disponibles para su uso inmediato los desfibriladores externos automáticos, fundamentales para reducir la mortalidad como consecuencia de eventos cardiovasculares señalaron finalmente los legisladores Uría y González.

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