Vecina con Parkinson no consigue medicación y reclama por falta de programas

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Mónica comenzó a sentir diversos síntomas a mediados de año. “Empecé temblando, con nervios y ataques de pánico”, recordó en diálogo con FM de la Costa. Inmediatamente consultó con médico neurólogo que le realizó diversos estudios y le diagnosticó la enfermedad el día 27 de julio.

Desde entonces tiene que tomar tres medicaciones diarias. Entre ellas tres comprimidos por día de Levodopa, un medicamento aislado que resulta ser el más eficaz en el tratamiento de la enfermedad, pero también difícil reconseguir y muy costoso.

La obra social IPROSS solo le cubre la compra de treinta pastillas por mes. Eso solo el alcanza para diez días, por lo que debe costear de su bolsillo los medicamentos para el resto del mes. De todas formas, se están realizando gestiones para tratar de duplicar la cobertura.

Pero ese es solo uno de los grandes problemas que padece Mónica desde que le descubrieron la enfermedad. Otro inconveniente es la faltante del muy necesario medicamento que solo consigue en un puñado de farmacias. “La semana pasada tuve una recaída por la falta de medicación, terminé en la guardia del hospital y nadie me puede ayudar”, rememoró.

“Durante el fin de semana largo me fue imposible conseguir la Levodopa. Las farmacias no lo tienen, dicen que es una droga que no se vende mucho”, señaló.

“No puede ser que todo el tiempo uno vaya a las farmacias y te digan que vuelvas al día siguiente”, se quejó, señalando que cada vez que concurre a la farmacia y le dicen que no tienen el medicamento “me voy tan enojada que me pongo más nerviosa y eso empeora la enfermedad”.

Mónica dijo desconocer la cantidad de enfermos de Parkinson en Viedma. “No se cuantos somos, pero se que no soy la única”, dijo.

Además, criticó la falta de un programa de atención para quienes padecen esta enfermedad. “En Viedma no hay nada para el Parkinson, no hay rehabilitación ni planes”, señaló.

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