Vecinos de El Cóndor denuncian nuevos derrames y evalúan acciones legales

Volvieron a registrar anegamientos en su barrio

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Vecinos del balneario El Cóndor volvieron a denunciar este fin de semana un nuevo episodio de desborde de agua en las calles del sector conocido como 57 y 100, vinculado al sistema administrado por Aguas Rionegrinas S.A. (ARSA). La situación fue registrada en video por residentes de la zona, quienes aseguraron que los anegamientos se repiten desde hace años y afectan gravemente la transitabilidad, además de generar molestias y daños a las viviendas.

Sergio Tripailao, vecino del lugar desde hace más de una década, informó que junto a otros habitantes del barrio presentará esta semana un reclamo formal ante el Departamento Provincial de Aguas (DPA), el organismo de control del servicio, para exigir una solución definitiva. De no obtener respuestas concretas, anticipó que se evaluará la posibilidad de iniciar acciones legales contra la empresa por los daños y perjuicios ocasionados de forma reiterada.

La problemática fue expuesta en distintos expedientes ante la Defensoría del Pueblo de la provincia y derivó en informes oficiales del DPA y ARSA. Según explicó Tripailao, el sistema de automatismo de la planta potabilizadora del Ceferino, que regula el funcionamiento de las bombas que cargan el reservorio, habría fallado en varias oportunidades, provocando derrames que inundan calles de tierra y dificultan la vida cotidiana de los vecinos.

En una nota firmada por la representante técnica de ARSA, Jimena Skrt, la empresa admitió que el 14 de abril se produjo un rebalse mientras se realizaba una reparación en el lugar, lo que impidió una intervención manual a tiempo. ARSA informó que se solicitó una nueva bomba para reforzar el sistema ante futuras fallas, pero desde la comunidad manifestaron que las soluciones siguen siendo insuficientes.

“Solo se justifican. No ofrecen soluciones reales. Ya no se puede vivir así”, afirmó Tripailao, quien recordó que en lo que va del año se registraron al menos tres episodios similares. Según relató, en cada ocasión la situación empeora debido al paso de maquinaria pesada que profundiza el desnivel de las calles y deja expuesta la arcilla, lo que impide incluso caminar sin dificultad. “Ayer intenté cruzar la calle y no se puede, te quedás pegado. Se te pega el zapato abajo”, describió.

El residente también expresó su frustración frente a la falta de respuestas por parte de la Delegación Municipal, la Junta Vecinal y otros organismos provinciales. “Hice los reclamos por todos lados, pero siempre terminamos en el mismo lugar: nadie se hace cargo”, sostuvo.

La situación afecta no solo a residentes permanentes sino también a quienes visitan la villa marítima durante los fines de semana o en temporada alta. A los reiterados anegamientos se suman los riesgos sanitarios, la afectación al espacio público y el perjuicio económico para quienes residen en la zona.

Los vecinos esperan que el reclamo ante el DPA permita obtener una respuesta técnica concreta y la ejecución de obras que eviten nuevos derrames. En caso contrario, evalúan avanzar con acciones judiciales para garantizar el derecho a vivir en condiciones adecuadas y exigir responsabilidades por los perjuicios acumulados.

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