Ayer miércoles se puso en práctica en Viedma la habilitación de locales comerciales no esenciales tras la aprobación por parte del Ministerio de Salud de Río Negro de locales gastronómicos, gimnasios y natatorios.

Para todas las actividades rigen las recomendaciones e instrucciones de la autoridad sanitaria nacional, y se restringe el uso de las superficies cerradas hasta un máximo del 50 por ciento de la capacidad del local.

En el caso de gimnasios y natatorios, se hace hincapié en la necesidad de reabrir los locales por tratarse de una actividad que mejora la salud y la calidad de vida de las personas, muy lejos de aprovecharse esos espacios para reuniones y diálogos entre varias personas.

Respecto a restaurantes y bares, el protocolo exige por cada mesa un dispensador de alcohol en gel y la permanente ventilación de los ambientes cerrados.

Omar Pavletich, propietario en Viedma de la franquicia del conocido Café Martínez, expresó este jueves que “desde que empezó la semana mucha gente se acercaba a preguntar si ya habíamos abierto, hasta que ayer finalmente pudimos reabrir nuestras puertas”.

Añadió que “para ingresar el protocolo es bien sencillo, hay una alfombra que sanitiza el calzado, después hay alcohol en gel en las mesas, hay distancias entre cada una de ellas, el lugar está ventilado y además el barbijo se quita una vez en la mesa”.

También existe “un registro de personas que ingresan”, que permite un contacto por parte de las autoridades sanitarias si es necesario.

No obstante, también existe “un protocolo para el personal que trabaja en el lugar, que ya era de antes bastante estricto porque sigue una norma de Café Martínez en todo el país”.

Pavletich dijo además que el parate de casi tres meses dejó a ese local gastronómico “en una situación caótica, que esperamos poder empezar a recuperar algo al menos con la posibilidad de este 50 por ciento de clientes que puede ingresar ahora al café” y dijo además que “si la situación se extendía un poco más nos íbamos a ver obligados a cerrar”.