Sin dudas hemos
llegado a un punto de la humanidad en el que ya no se puede tapar el sol con
las manos y se hace necesario contar la historia de nuevo tal y como ha
transcurrido y darle definitivamente a las mujeres la verdadera dimensión que
merecen, sacándolas del silencio que las niega en los libros de historia, en
las leyendas, en la historia oficial y en la vida cotidiana. Y también, por qué
no, hasta en los nombres de las calles. A conciencia de que la reivindicación
es todavía más importante en otros aspectos, no es ínfimo que se hace necesario
darles el protagonismo real que han tenido las mujeres.
Viedma, por supuesto,
no escapa a la realidad histórica general en lo que al género se refiere y tal
vez deba repensar cuestiones que tengan que ver con la visibilización clara,
concreta y literal de las acciones realizadas por mujeres a lo largo de la
historia.
Hay un ocultamiento
que ocurre diariamente, tan obvio y tan cerca que casi no nos damos cuenta.
¿Cuánta gente se ha detenido a pensar cuantos nombres de mujeres tienen las
calles de Viedma? Pues bien, la ciudad tiene muy pocos nombres de mujeres en
sus calles.
En este sentido, la
mayor invisibilización de las mujeres se da en el centro de Viedma, donde
prevalecen calles con nombres de varones y dentro de ese género hay una
supremacía de militares, patriotas de principios de nuestra Nación y políticos,
que se mezclan con personajes oscuros y hasta repudiados como Julio Argentino
Roca e Hilario Lagos o hasta el mismísimo Cristóbal Colón.
Hay un sector del
barrio Lavalle, que es conocido como Prensa-Vialidad, donde hay nombres de
mujeres argentinas, fundamentalmente de intérpretes de tangos. Ellas son
Mercedes Simone, Roxana Falasca, Susy Leiva y Amelita Baltar. Esta última tiene
la feliz particularidad de que está viva y en ese detalle Viedma ha tenido una
posición flexible y positiva, ya que hubo otro ejemplo con la calle Ernesto Sábato,
que fue impuesta con ese nombre varios años antes del fallecimiento del notable
escritor. En un barrio muy cerca, el Patagonia, hay una calle dedicada a la
actriz y cantante figura de la “Época de Oro” del cine argentino, Libertad
Lamarque.
En el barrio Belgrano
hay un sector ubicado en inmediaciones del puente Basilio Villarino en el que
también hay nombres de antiguas maestras viedmenses que marcaron una época en
la capital rionegrina. Los nombres de esas calles son Maestra Elena Kruuse,
Maestra Soler de Nebiolo y Maestra Faguada de Castello (en las dos últimas les
ha sido importante, en evidencia, a los autores de la ordenanza que impone esos
nombres, vincularlas a sus maridos).
El barrio más
propositivo y vanguardista en cuanto a nombres de calles es, por lejos, el San
Martín, que junto a sus sectores Barrio Norte, Comercio y Costanera Norte le
aporta a Viedma la mayor cantidad de arterias con nombres de mujeres. Y tiene
además un mérito extra: una de esas mujeres ha sido una vecina histórica del barrio.
Esta zona de Viedma
homenajea en sus calles a Mercedes Sosa, Juana Azurduy, Alfonsina Storni,
Victoria Ocampo, Hermana Severina, Gabriela Mistral, Camila O’Gorman, Alicia
Moreau de Justo, Silvina Ocampo, Cecilia Grierson, Petrona Eyle y la vecina del
barrio Honoria López.
Ya no en calles, pero
sí en nombres de plazas los barrios San Martín y Santa Clara han marcado una
diferencia. El primero bautizó hace poco un espacio verde con el nombre de
Mercedes Jara y el Santa Clara nombró a su plaza más grande con el nombre de
Luciana Peralta.
En resumidas cuentas,
en Viedma hay al menos una veintena de calles con nombres de mujeres (por fuera
de las que tienen que ver con religiosas como Sor Picardo, Sor Vallese o Santa
Lucía).
Durante el
relevamiento realizado por La Palabra nos enteramos que hay barrios, como el
Santa Clara, que trabaja actualmente en proyectos de reivindicación de mujeres
protagonistas y vecinas protagonistas en la historia reciente del barrio y de
Viedma.

19 diciembre 2025
Viedma