Las grutas: pulperos encontraron una enigmática estatua en el Fuerte Argentino

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El hallazgo se produjo a principios de 2015 en el Fuerte Argentino, la planicie ubicada a 36 kilómetros que se distingue en el horizonte por su forma trapezoidal.

A ese lugar, según plantea una fundación llamada “Delphos”, arribó en el año 1.300 un grupo de  Caballeros Templarios, custodios del Santo Grial, la copa en que bebió Jesús en la última cena. Supuestamente trajeron el cáliz para protegerlo, y lo escondieron en algún lugar de la meseta de Samunucurá, en una ciudad subterránea.

Esta teoría, validada por algunos vecinos conocidos, la saben también los pulperos, e indefectiblemente la relacionaron con la escultura.

La aparición causó enorme conmoción en la comunidad de recolectores, pero así y todo no trascendió más allá de unos pocos familiares y conocidos, que guardaron celosamente el secreto.

Quieren conservar la obra. La consideran un símbolo que los representa, y en la apreciación se mezclan también pensamientos místicos.

Temen que se la secuestren las autoridades, pues podría calificarse como una reliquia histórica y patrimonio estatal. Entonces estarían obligados a entregarla.

De todos modos, y pasado el tiempo transcurrido, decidieron terminar con el hermetismo y arriesgarse a compartir el suceso públicamente.

Sostienen que se debe saber por el valor histórico que podría significar la estatuilla y el impacto que alcanzaría a generar para la difusión de la zona, coincidieron Elsa Carriqueo y Marcelo “Chelo” Cejas, sobrina e hijo de Amelia Rolando, la pulpera de 72 años que descubrió la efigie.

Semienterrada en la restinga

Como habitualmente hacen cuando comienza el verano, doña Amelia con otros colegas –muchos de ellos familiares- se organizaron para trasladarse hasta el área del Fuerte para atrapar pulpos con ganchos de alambre. Es el modo que emplean para ganarse la vida desde hace muchísimos años.

Era una tarde de enero del año pasado cuando Amelia notó semienterrada, en un sector de la restinga cubierta de arena, entre rocas diseminada, la pequeña figura blanquecina.

Fue un momento emocionante para ella y el resto de sus compañeros. Con la mayor reserva la trajeron a San Antonio y le retiraron conchas marinas y resto del material que el tiempo había adosado.

Generó un asombro mayúsculo en el entorno de Rolando y curiosidad por saber de qué se trata el objeto, si tiene alguna significación y si efectivamente como piensan tiene vinculación con la hipótesis templaria.

Hace pocos meses se la mostraron al periodista de Todo Noticias Mario Markic, quien estuvo en la zona realizando un informe de los pulperos, acompañado por el buzo local “Tony” Brochado. En una entrevista salió el tema, aunque Markic estaba más interesado en retratar el oficio artesanal.

Admiten que están dispuestos a ceder la estatua para que les realicen análisis y estudios que determinen la fecha de fabricación y si representa a algún personaje histórico.

La ceden, si, pero con el acompañamiento de alguno de ellos.

Hace pocos días los llamaron de una universidad de Buenos Aires –no recuerdan cual- y les formularon distintas preguntas sobre el asunto. Prometieron volver a contactarse nuevamente.

Ya roto el secreto, la figura está adquiriendo un halo de misterio que inquieta.

Datos

  • Tiene poco más de 20 centímetros.
  • Es ligera de peso, no más de 200 gramos
  • Está confeccionada de un material blanquecino, similar a la piedra caliza o algo similar.
  • Se trata de un hombre con barba que lleva una capa que le llega casi a los pies. En la cabeza tiene algo parecido a una mitra, como la que usan los obispos católicos.
  • Por las ropas talladas en su superficie, la imagen evoca un monje u otro personaje religioso.
  • No se le alcanza a distinguir símbolos que aporten datos.

FUENTE: El Mallín

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