Al asociar un servicio a una marca con fuerte imagen corporativa, a una personalidad valorada o a un bien de apoyo, se logra representar con mayor firmeza el mensaje que la empresa diseña. El riesgo que se percibe al afrontar erogaciones por un producto intangible suele verse condicionado por factores como el precio, el nivel de confianza en el vínculo comercial y el aprendizaje derivado del consumo repetido. Por ello resulta ventajoso que la práctica turística se adose a alguna estrategia de marketing tendiendo a eliminar la disonancia cognitiva que fuera a producirse por una distancia entre el servicio real y la experiencia esperada.

El número pequeño de algunas empresas de turismo en cuanto a volumen de operaciones junto a recursos que son finitos, lleva a que se resigne la investigación de mercado camino a los conocimientos del marketing, porque el precio no es costeable o se desestima el valor de aplicarlo. Pero conocer el mercado en el cual maniobrar resulta de suma ponderación.

Se suscitan vorazmente cambios en las tendencias sociales, tecnológicas y comerciales que hacen a un consumidor cada vez más informado y exigente en demanda de productos de se adecuen a sus necesidades. La masificación manifiesta en la generación de datos se remite a la globalización de los patrones de consumo. Independientemente de si están dadas las condiciones de mercantilización, el bien de intercambio es deseable y los canales de comercialización no ven cota en la distancia geográfica si las herramientas de comunicación difunden el mensaje. A nivel planetario la creciente mundialización de culturas da efecto a la comunión de hábitos de vida a priori bien diferentes.

Ateniente a la figura del consumidor el medio de conocimiento es la segmentación de mercado, que consiste en fraccionar éste en la búsqueda de individuos con hábitos, motivaciones y comportamientos de compra homogéneos, para luego reagruparlos coincidiendo con los objetivos de la organización y efectivizar la toma de decisiones en modo estratégico. La proliferación de hogares unipersonales, de parejas sin hijos, los tiempos de trabajo fracturados que demandan horas de esfuerzo extra fuera del ámbito laboral, la adolescencia extendida, sirven de ejemplo de adopción de estilos cotidianos novedosos que el marketing defiere en averiguar.

El feedback o retroalimentación en el proceso comunicacional es inmediato, facilitado por la conectividad a internet o el establecimiento de líneas de atención telefónica. Mismo para la detección de problemas, los programas de gestión online aportan por la mejora del ritmo de trabajo y niveles de productividad al racionalizar los procesos y mejorar los resultados.

Del consumo se desprenden una serie de sensaciones estimulantes al buen ánimo. Aumenta el ego, la felicidad instantánea y la satisfacción personal, quedando planteado el interrogante sobre la medida en cuanto se produjo un cambio en lo social que afectó el uso acumulativo de las cosas para dar paso a lo mercantil, al descarte y la sustitución cuasi impulsiva. Labor ceñida al marketing el dar con los mecanismos más exitosos para la satisfacción de las necesidades de los visitantes de destinos turísticos.

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