Para el turismo las necesidades de espacio cambian en relación con la acción librada por el visitante y el tipo de espacio en que se inserta. Imaginando una playa usada por pocos pescadores, éstos no soportarán la proximidad tanto como quien anhele el mismo escenario en temporada de verano; las pretensiones acerca del lugar disponible serán adecuadas a las otras tantas personas que la hayan alcanzado con anterioridad, bastando un sitio donde quepan sus pertenencias. En cambio, los requerimientos de superficie cambiarán si el turista visita un espacio solo, donde su burbuja ecológica se extenderá hasta abarcar todo el campo visual.

Seguido a lo expuesto, un modelo francés de alojamiento continuó el criterio del límite invisible. Fue como el diseñador Pierre Stephane Dumas convirtió en realidad la burbuja ecológica a partir de la creación de habitaciones de hotel móviles con paredes que transparentan el entorno inmediato y se funden en la naturaleza circundante. Como complejos temporales de ocio, las burbujas garantizan las comodidades de una suite, con capacidad para una king size, sistema de ventilación y filtrado de radiación ultravioleta. En Estonia, el Parque Nacional Matsalu alberga las primeras manifestaciones de éste tipo de alojamiento en la costa del mar Báltico. Se pretende de éstas salas dormitorio la apropiación del paisaje a partir de la  no intervención del medio y el bajo impacto de su instalación posibilitado por el uso rodante de las esferas dentro del parque.

Retomando la consideración conceptual devenida en la novedosa tipología de alojamiento, la distancia personal o burbuja ecológica estudiada por primea vez por Henri Hediger, es descripta como un área determinada dotada de fronteras invisibles que circundan el cuerpo de la persona en la que los intrusos no deben penetrar. No sólo la burbuja ecológica cambia en función de la posición relativa de un individuo respecto de otro, sino también con las relaciones entre aquellos que deben compartir una misma unidad espacial. Cuanto mayor sea la densidad de carga de un espacio, será también superior la tolerancia desarrollada a la proximidad con el otro.

Cuando los principales criterios de carga refieren a la capacidad material, cuidándose que el exceso de personas e instalaciones de seguridad no afecten el paisaje, en turismo surgen razones para atender a la capacidad psicológica, partiendo de suponer el uso simultáneo del espacio a cargo de sus visitantes sin que titubee la garantía de una experiencia satisfactoria.

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