Casonas de adobe en la ruta temática catamarqueña

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En pleno valle vitivinícola, apenas diferentes del color del terreno se dibujan casitas e iglesias que se suceden en poblados dispersos donde la montaña se interrumpe. Ésta ruta temática se cumplimenta por tramos de asfalto alternados con desvíos de tierra consolidada, conteniendo una docena de asentamientos que ponen de relevo la identidad cultural de esa porción de argentina cordillerana. La técnica de edificación con adobe prosperó dada su maleabilidad constructiva y baja significación económica. Caseríos que logran los tres siglos de antigüedad en los que no se ausentan detalles ornamentales, proclaman molduras sobre las terminaciones en altura, detalles simples en las cornisas y paredes con bajo relieve terminan el altar de las capillas, agregando, a veces, atrios con columnas y torres laterales con cúpulas abovedadas. Contenidas por muros que alcanzan el metro de espesor, las iglesias continúan albergando imágenes religiosas y trastos de antaño que son expuestos en su función de museo. Muchos de los componentes de la ruta del adobe se ofrecen al turismo con horarios de atención extendido hacia la tarde.

En cercanías de Anillaco, el tendido asfáltico debe dejarse a un lado para dar encuentro a las ruinas de Watungasta, pucará diaguita que responde íntegramente al compuesto de adobe. Su visita demanda al viajero aproximadamente una hora de recorrido por once hectáreas de viviendas y lugares exclusivos de reunión y actos públicos. Y al punto de largada o cierre del recorrido, el lugar de asiento es “Casagrande, hotel de adobe”, adaptación de una antigua casona de familia de cara al provecho comercial para aquellos que circundan Tinogasta. Todas las habitaciones identificadas con un nombre distintivo en Quechua o Aymará, fueron adaptadas en espacios de establo y galpones que antiguamente contenían las herramientas de labranza y accesorios de caballos. Conservando su fachada agreste, conjuga lo rústico con el confort: paredes de adobe, techos de caña y señal de internet inalámbrica. Devenida en hotel con restaurante y venta de productos artesanales y regionales, la casona no dejó de incorporar una sala de juegos, una piscina y un jacuzzi que se apropian del espacio abierto. 

Para visitar con guía o en forma independiente, Catamarca es una provincia de desiertos, olivares y viñedos que transmite en sus piezas edilicias el corazón de la sabiduría originaria, donde los antiguos pobladores montaron obras consistentes apreciables por su valor histórico – paisajístico.

gazoiuale.hebe@gmail.com

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