Energía Feng Shui para “turistas místicos”

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En la combinación de las formas, los colores y el espacio, un diseño con inspiración Feng Shui es una herramienta mística usada para armonizar y mejorar el “Chi”. Para los empresarios del turismo es un concepto integral que comprende desde las toallas, sabanas, cortinados hasta la comida.

Una ambientación Feng Shui debe ser pensada más allá de la utilización de símbolos místicos. Las manifestaciones del Chi (fuego, tierra, madera, metal y agua) no son sustancias físicas sino poderes o esencias que describen la materia. Así, la madera no está en los muebles ni el piso: todo ello es madera muerta. Y el metal no debe ser el elemento principal en una habitación, dado que resulta poco personal y no induce al sueño. Los colores cálidos inspiran confianza. Y los espejos no deben ser ubicados frente a puertas y ventanas para que la energía que ingresa no choque en ellos.

La decoración de los salones en hoteles y restaurantes bajo estas premisas no emplea objetos con puntas o aristas pronunciadas, ni plantas con espinas, mesas cuadradas, columnas que agredan el ambiente o vigas descubiertas, pues poseen puntos de unión axiales que generan un ángulo no afortunado. Se considera por ello que ubicar un sillón o una silla para cubrirlas, afectará directamente el descanso de quien utilice los asientos. Una planta sana y sin espinas, suficientemente importante para cubrirlas visualmente, representa la fuerza del crecimiento que puede aplacarlas. Con el Feng Shui se pretende que la energía fluya, por lo que se vale de todo objeto con formas redondeadas y sinuosas. La distribución de las mesas que evite la alineación simétrica, mismo que los aromas no invasivos y la música de fondo, resultan consideraciones propulsoras de una experiencia contra el estrés.

Le Blanc Spa Resort, en Cancún (México), es un lujoso complejo que en el acceso al establecimiento dispone una rampa a la derecha que eleva la entrada para que toda la energía que corra hacia el hotel tenga un camino no recto. Y en Buenos Aires se propone un tour de aproximación a la arquitectura y patrimonio Feng Shui, guiado por el taoísmo y la decoración sagrada. Onze Hotel Boutique, en pleno barrio de Recoleta, es a las claras adepto a ésta filosofía. Así consideró una paleta de colores no disonante con la luminosidad del ambiente, y dispuso el mobiliario con orientaciones convenientes para potenciar o neutralizar las energías naturales del edificio.

El turismo místico enarbola éstos saberes; es una modalidad bastante extendida y de la cual Uruguay puede sacar provecho. En las inmediaciones de la ciudad de Minas ya existe un templo budista y casas de retiro de congregaciones cristianas. La posada de campo Cerro Místico, ubicada en las sierras de Minas, se convirtió en el primer establecimiento del país dedicado al turismo espiritual. Con apenas seis habitaciones y a 330 metros de altura sobre el nivel del mar, ofrece a los turistas paseos guiados por diferentes yacimientos arqueológicos de hasta 6.000 años de antigüedad. La propuesta arquitectónica fue concebida a conciencia, pensada para asegurar el máximo bienestar físico, mental y emocional de acuerdo a leyes de geobiológica, radiestesia y Feng Shui, con el objeto de facilitar la desaceleración y motivar un estado de armonía plena aprovechando la sinergia de la naturaleza.

Se ha difundido que la ciudad de Hong Kong tiene naturalmente un excelente Feng Shui. Su ubicación geográfica con relación a la China continental simboliza un lugar donde las cosas se materializan. La promoción de la meditación trascendental y la medicina holística han trascendido hasta seducir a los “turistas místicos”, que desde Europa y América peregrinan a ciudades sagradas, templos y monasterios situados en las grandes mecas espirituales de Asia. Vivimos en la cultura del Feng Shui.

gazoiuale.hebe@gmail.com

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