El turismo contribuye de manera importante y progresiva al crecimiento económico, conformando una de las mejores oportunidades para la generaración de ingresos y empleo. La insularidad condiciona y posibilita el uso de nuevas técnicas para el desarrollo. Para el caso de Grecia, de las aproximadamente 6.000 islas que el país posee en el Mediterraneo, apenas 227 están pobladas, ante las dificultades del gobierno de asegurar la infraestructura y los servicios necesarios, hecho que ha impulsado el plan de vender o alquilar parte de ellas para promover así la creación de actividades para el turismo y captación de fondos financieros.

Las islas prefieren ser menos dependientes de la parte continental en servicios como agua y energía, por lo cual la tendencia vira hacia la construcción de proyectos turísticos sustentables, que supongan un bajo impacto ambiental, unido a la instalación de sistemas de energía renovable, tratamiento de aguas residuales y técnicas constructivas acordes al paisaje circundante. Un caso alegórico es la creación del primer aeropuerto ecológico en las Islas Galápagos, Ecuador, a cuenta de su ponderación como Patrimonio Natural de la Humanidad, donde la prioridad del uso de la energía solar, la reutilización del agua y el aprovechamiento de los vientos son elementos clave hacia la integración efectiva con el medio ambiente y la consecución del menor impacto posible sobre el ecosistema. En lo que hace al caribe colombiano, la práctica del turismo ecológico a pequeña escala logra el ámbito para conocer la cultura de los isleños expresada a través de la arquitectura, la comida tradicional, la música y el baile. En una extensión acotada se concentra la zona hotelera y comercial y los arrecifes que custodian a San Andrés.

Porque resulta imposible desconocer la significación de las temporadas de cruceros, es de especial consideración que motorizan de forma directa el despliegue de infraestructura. En perfecta integración, el buceo se perfila como impulsor de todo el tejido turístico insular, demandando inlcusive la creación de arrecifes artificiales. Son, por mencionar, usos recreativos del recurso, que se agregan a la posibilidad despojada de contacto visitante-residente. Facilidades motivadoras que instan con curiosidad, a conocer dichas superficies.

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