Sabemos la cantidad de azúcares que contienen las gaseosas, en cambio, el agua es recomendada como uno de los factores principales de las dietas. El cuerpo, cuando nota que le falta agua, guarda la que le queda. La acumula fuera de las células y eso produce “hinchazón” (“estoy hinchada, ¿les suena?) Lo mejor para esto es tomar agua. O sea para evitar guardar agua hay que tomar más agua. Es recomendable ingerirla antes, durante y después del ejercicio físico. El agua lubrica las articulaciones y mejora la resistencia de los músculos y ligamentos. Por otro lado ayuda a mantener los músculos tonificados y a evitar la flacidez de la piel de quien acaba de bajar de peso. Elimina toxinas, desechos y grasas y mejora las defensas, por lo tanto ayuda a mejorar la salud y belleza del cuerpo en general. En el día a día, el cuerpo pierde agua vía la transpiración, la orina, la simple respiración o hasta las lágrimas. Eso produce una deshidratación por lo menos mínima (deshidratación al fin), que puede llevar a problemas de atención, desgano, cansancio, dolores de cabeza y hasta mal humor. La solución, recuperar lo que perdimos y varias cosas más. Como evitar la constipación, regular la temperatura corporal y una lista de etcéteras. Como “norma universal”,  se recomienda tomar dos litros diarios (unos 8 vasos). Pero no hay que esperar a tener sed, esto significa que el cuerpo siente la deshidratación. Si está tomando menos de lo que debería, es probable que al principio, sobre todo, no sienta sed, pero se debe tomar IGUAL . Ayuda tomar un vaso de agua apenas se despierta, para despertar “cuerpo y mente”. Tomar agua fría unos 20 minutos antes de comer cierra un poco el estómago. Una vez que se pone como meta tomar agua en lugar de gaseosas (u otra bebida) se va a acostumbrar e incluso va a sentir que el agua es un poco más “rica”  ¡Vamos gente! ¡A tomarla, cuidarla y no desperdiciarla!