Río Negro se encuentra tercera en los resultados parciales del Festival de Doma más importante de Argentina

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El director de Políticas Sociales Tradicionalistas del Ministerio de Desarrollo Social de Río Negro, Alejandro Nahuelquín, informó que “la delegación rionegrina está muy entusiasmada con los resultados obtenidos hasta el momento y con las noches que quedan por delante”.
Asimismo, mencionó que “según las planillas actualizadas hasta hoy, en la categoría Basto con Encimera Lisa, vamos terceros con el Jinete Riquelme Gustavo (Allen), el caballo El Mendigo y el tropillero Carlos Isla, con un puntaje 9.33 sobre 10”.
En tanto, “en la categoría Crina Limpia, con el jinete Matías Arratia (Cipolletti), el caballo El Tordo y el tropillero Carlos Isla, estamos en el 12º puesto”.
Más adelante, Nahuelquín, comentó que “la competencia está compuesta por 26 delegaciones de distintas provincias y también de Paraguay, Uruguay, Brasil y Chile. Faltando cuatro noches para la gran final podemos decir que estamos muy contentos con los resultados que vamos obteniendo y seguramente los que vendrán en los próximos días. Tenemos muchas posibilidades ya que vamos parejos y hay que esperar lo que suceda en éstas últimas noches”.
A su vez, recordó una muy buena participación en el “Festival Nacional de Jineteada y Folclore – Diamante” realizado en la provincia de Entre Ríos, los primeros días de enero. Allí el Jinete Ceferino Montecino de Río Negro, en la categoría Basto, logró llegar a la final que se desarrollará el próximo 25 de febrero, ya que debió posponerse por razones climáticas.
Al finalizar, Nahuelquín concluyó que “todos se trata de incentivar a la juventud defendiendo las tradiciones”.
 
Delegación Rio Negro
 
La delegación de Río Negro que participa en “Festival de Doma y Folklore Jesús María”, está compuesto por Mario Heraldo Retamal (Delegado Suplente), José Eugenio Benavides (Delegado), Ariel Martin Retamal (Jinete Suplente), Gustavo Riquelmez (Jinete Bastos), Juan Fernando Villarruel (Jinete Gurupa Sur) y Matías Alberto Arratia (Jinete Crina Limpia).
 
Sobre el Festival
 
La Cooperadora de la Escuela Primer Teniente Morandini en mayo de 1965, ante la imperiosa necesidad de recaudar fondos para solventar la atención de los niños celebró una reunión y allí se decide realizar un festival de doma e invitar a todas las escuelas de Jesús María, en un principio fueron diez instituciones más tarde se adhirieron cooperadoras de Colonia Caroya y Estación Caroya conformándose la “Unión de Cooperadoras Escolares”. Cada cooperadora envió un representante o delegado para elegir la Comisión Directiva del Festival Nacional de Doma, dicho espectáculo sería complementado con el canto y la danza nativa.
El terreno baldío, asentamiento del Festival se preparó un escenario circular de unos 15 metros de diámetro y 1,50 m de altura a unos cincuenta metros de la actual entrada. La pista de jineteada se cerró con alambre sujetos a postes prestados por la Cooperativa de Servicios Públicos, los corrales y mangas se ubicaron hacia el norte junto a unos viejos perales y los bretes hacia el este.
Se buscó una frase para ser puesta al aire por el maestro de ceremonias y se aceptó la del señor Saray Goulú: “Desde Jesús María, capital Nacional de la Doma y el Folklore”.
Siempre estuvo presente la colaboración de distintas instituciones municipales, provinciales como así también vecinos, para llevar adelante el sueño de un grupo de hombres y mujeres a lo que es hoy el gran Festival.
La primera edición tuvo lugar del 8 al 16 de Enero de 1966 y su primer presidente fue Manuel Corrales (miembro de cooperadora de la Escuela Primer Teniente Morandini). Asistieron 45000 personas y se recaudaron $7.643.700 m/n.
Así han transcurrido 52 ediciones. El escenario ha sido ampliado, mejorado, remodelado en todas sus instalaciones, cientos de artistas pasaron por él, recibiendo el aplauso y la ovación de un público respetuoso que año tras año se congrega con ansias de ver lo auténtico de nuestra sagrada tradición.
Cada año los fondos recaudados son distribuidos entre un 50 y 60 por ciento, según la decisión de la Asamblea, entre las veinte escuelas en forma proporcional a la cantidad de alumnos. Estos recursos son distribuidos para cubrir las necesidades que cada comunidad educativa prioriza. Principalmente se vuelcan en obras edilicias y al apoyo docente, cubriendo necesidades vinculadas a los servicios de psicología, psicopedagogía, y materias especiales. Los alumnos son los beneficiarios directos. El resto del dinero se reinvierte en las demás actividades sociales que tiene la Institución y fundamentalmente para solventar gastos iniciales de la próxima edición.

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